El público fue advertido desde el principio del concierto. Una máquina del tiempo transportaría a los cientos de salvadoreños presentes en el Complejo Deportivo del Estadio Cuscatlán, en San Salvador, hacía una época en la que la música pop dominaba las radios y los shows en vivo, un tiempo en el que no reinaba el reguetón y la música tenía mucha más variedad, como esa noche de sábado lo demostraron los artistas mexicanos: Benny Ibarra, Fey, el grupo Magneto, las chicas de JNS, Erik Rubin, el grupo Garibaldi, el dueto Sentidos Opuestos y Lynda.
El viaje en el tiempo comenzó con la primera canción en la que se presentaron casi todos los artistas invitados, «La vida es mejor cantando», entre las luces de un enorme e impresionante escenario. Después aparecieron las estrellas de manera individual interpretando algunas de sus propias canciones, entre ellas el melancólico Benny Ibarra y Lynda, quien hizo bailar a los presentes con «A 1000 por hora».

Por otra parte, el toque de energía pop dance lo puso el dueto de Alessandra Rosaldo y Chacho Gaytán, los integrantes de Sentidos Opuestos. Alessandra fue una de las artistas que más se apoderó del escenario, demostrando un gran dominio escénico desde que se paseó con firmeza en la tarima interpretando el tema «Etérnamente». Lo mismo demostró cuando le tocó cantar junto a sus compañeros de tour las piezas de otras agrupaciones, como la legendaria Timbiriche, de la que Benny Ibarra y Erik Rubin formaron parte. «Princesa tibetana» y «Con todos menos conmigo» fueron parte de esos temas del recuerdo.
El espectáculo ofreció estilos para todos los gustos, como el caso de las chicas de JNS, quienes con su glamur y coreografías hicieron recordar a muchas mujeres su época colegial con canciones como «Solo vivo para ti» y «Pepe». Luego continuaron las fusiones, en las que Lynda y Alessandra tuvieron mucho protagonismo. Por ejemplo, uno de los momentos más coreados por el público llegó cuando Alan y Lynda unieron sus voces para cantar «Para siempre», del grupo Magneto.
Una mención especial merece la cantante Lynda, quien mantiene casi intacta su imagen de estrella juvenil, pero, sobre todo, su energía y voz cuando interpreta en el escenario.

El viaje al pasado también incluyo a la música nacional, pues, en la apertura del espectáculo, Alex Oviedo y Michel Umaña cantaron varios clásicos locales, entre ellos «No volverás», de Sobre Tierra, y «Hacer nuestro el universo», de Prueba de Sonido, un icónico tema que ya cumple 30 años.
Casi en la última etapa del espectáculo, las dos grandes sorpresas de la noche llegaron cuando fue presentado en el escenario el grupo Garibaldi, con su clásico sonido tropical y caribeño para poner el sabor a la noche al ritmo de su «Banana» y «La Bolita». Pero sin duda para muchos, uno de los momentos de mayor euforia llegó cuando, sin presentación, apareció en el escenario la cantante Fey. Mientras el sonido iba en aumento, ella se comenzaba a iluminar interpretando el inicio de la letra de «Azúcar amargo», con los coros del público. Así comenzó la mexicana una explosión de coreografías y efectos de luces que llegaron al máximo de energía cuando toco el turno de «Media naranja».
La noche cerró con otra de las famosas del pop en español: «Vuela vuela», de Magneto, y en compañía del resto de artistas que iniciaron la velada musical. Así la máquina del tiempo dejó los 90 y nos trajo de nuevo a 2022, un año que va a cerrar con los máximos representantes del reguetón, Bad Bunny y Daddy Yankee, las estrellas de las generaciones actuales. Aunque para 2023, Start Ticket dio a conocer entre sus artistas a dos exponentes de metal mundial: Scorpions y Judas Priest.