La necesidad de comunicar siempre ha estado presente en el ser humano. El hombre primitivo se comunicaba por gestos y guiños, posteriormente utilizó el lenguaje y con el nacimiento de la escritura se ha logrado conservar buena parte la historia.
Por la necesidad de comunicarse a la distancia nace el correo que, al inicio, solo era utilizado para trasladar mensajes de entidades públicas o de personas pudientes quienes tenían la capacidad económica y el acceso al mismo.
«Antes se enviaban cartas y uno pagaba al recibirla, pero si no se quería recibir no se pagaba, y eso era una pérdida para quien la llevaba. Otras veces solo se veía el sobre y ya sabía lo que decía porque había claves secretas que enviaban los remitentes y los destinatarios ya entendían», explica José Luis Alonzo, filatelista y secretario de la Asociación Filatélica Salvadoreña.
El 6 de mayo de 1840 el servicio de correo británico utilizó por primera vez un sello postal como nuevo sistema de franqueo que establecía que el emisor pagaría la correspondencia a enviar y su precio dependía del peso del paquete.
Es así como se crean los sellos postales o estampillas como tarifas únicas, lo que hizo que el correo postal se volviera accesible y universal.
El primer sello postal circuló en Inglaterra con el perfil de la Reina Victoria, la palabra «postage» en la parte superior y en la inferior «one penny» (un penique).
Tal como lo expone Alonzo, con el uso de esta estampilla se buscaba que las persona pagaran una tasa de cargo postal basada en el peso del paquete y no por la distancia o el medio utilizado para hacer llegar la carta.
Importancia de los sellos en el país
Registros documentales confirman que las estampillas surgieron como un valor para dar franqueo a la correspondencia y le sirvió al Estado como una forma de obtener recursos económicos. Los diversos personajes, historias, lugares turísticos, flora y demás imágenes que aparecen son un refuerzo al testimonio de la historia escrita, ya que al igual que la fecha impregnada en ellos, sirven de referencia para confirmar los sucesos vividos desde hace más de 150 años cuando se dio la primera emisión de sellos postales salvadoreños.
Las estampillas han sobrevivido en el tiempo no solo para contar la historia de cómo se ha ido desarrollando el país, también lo han hecho a pesar de las transformaciones tecnológicas y culturales.
En sus inicios, un sello postal era una completa obra maestra realizada de manera manual y con precisión. En algunas piezas creadas y con ayuda de una lupa se puede observar detalles que a simple vista no son perceptibles.
ALGUNAS CURIOSIDADES
Falsificaciones de estampillas
En 1860, veinte años luego de aparecer el primer sello comenzaron a circular falsificaciones de timbres postales, según detalla el filatelista, dada la poca cantidad de emisiones que se sacaban Hubo personas que quisieron sacar provecho creando estampillas falsas para venderlas a un costo más alto. Las falsificaciones se pueden distinguir de los originales dado los sellos raros o exóticos y la mala calidad de las imágenes que poseían.
Actualmente, los diseños se realizan de manera computarizada y con menos detalles, pero siempre se mantiene el objetivo de mostrar la riqueza cultural e histórica de un país.
Los contrasellos
Se colocaban en timbres postales de la primera impresión de 1874 como un mecanismo para prevenir el uso fraudulento de dichas estampillas, aunque el motivo real no se ha validado con registros oficiales. En algunos casos también se utilizó para cambiar el valor de las estampillas.
Los timbres fiscales
Es la misma estampilla en circulación que fue empleada por el Gobierno como timbre fiscal. Se usaba en documentos de uso comercial y de Hacienda para recaudar impuestos.
Los matasellos
Son sellos que se colocan encima de las estampillas con la finalidad de anularlas y no vuelvan a ser utilizadas.