Este año nos presenta una gran oportunidad de seguir avanzando en el camino que los salvadoreños iniciamos en junio de 2019. Las proyecciones son muy alentadoras, principalmente en cuanto al crecimiento económico, el cual permitirá empujar aún más el desarrollo social.
El Salvador no solo cerró 2021 con una cifra histórica de dos dígitos en cuanto al alza económica, sino que, además, los organismos financieros internacionales prevén un crecimiento arriba del 5 % en este nuevo año. Algunas voces de la oposición trataron de quitarle mérito al excelente trabajo del Gobierno del presidente Nayib Bukele al ver los logros que el país estaba obteniendo luego del año que el mundo perdió por la pandemia. La misma Corporación de Exportadores de El Salvador reveló que las exportaciones salvadoreñas cerrarían 2021 con un récord: $6,500 millones, solo por mencionar un dato.
Ahora, tenemos por delante 12 meses que serán mejores, porque iniciamos con bases sólidas que hubo que establecer a pesar de la férrea oposición de los grupos de poder desde sus trincheras empresariales, legislativas y judiciales.
Contamos con un sistema de salud sólido, con resultados indiscutibles en el manejo de la pandemia; una mejor proyección educativa luego de que está por alcanzarse el 100 % de entrega de laptops con internet a los escolares a escala nacional; infraestructura de primer nivel que permite el acceso de movilización donde antes no lo hubo, y una verdadera ley de agua que cierra las puertas a la privatización.
Todo lo que están logrando los equipos del comisionado presidencial para Proyectos Estratégicos y de CEPA nos abre más el panorama de lo que estamos por presenciar: el desarrollo de la zona oriental; la activación del puerto de La Unión; la construcción de Bitcoin City, una ciudad 100 % digital, equipada con zonas residenciales, lo que desencadenará en nuevas inversiones: hoteles, áreas comerciales, entretenimiento, restaurantes, entre otros.
Esto es solo una parte de los planes estratégicos del presidente Bukele, quien ha sido claro en todas sus apuestas en favor de los salvadoreños, permitiendo así que El Salvador ahora sea vitrina en el mundo para los inversionistas. Una vitrina de oportunidades, de prosperidad, de desarrollo.
Sin duda, los excelentes resultados del Plan Control Territorial continuarán con la ejecución de todas sus fases, con una Fuerza Armada y una Policía Nacional Civil comprometidas con su pueblo. De igual forma, el incansable trabajo de la Dirección de Reconstrucción del Tejido Social avanzará con la construcción de más CUBO, con lo cual se está llevando desarrollo, tecnológica, seguridad y tranquilidad a los jóvenes y niños.
Tenemos una Asamblea Legislativa que está lista para apoyar todo programa que beneficie a los salvadoreños, además de haber aprobado el presupuesto general de la nación, que tiene como punta de lanza el desarrollo social y económico y la seguridad. Además, El Salvador está a punto de contar con un sistema previsional que garantizará mejores y sostenidas pensiones a los jubilados.
Por supuesto, todo esto desencadenará una guerra más dura por parte de los que solo protegen los intereses de los poderes económicos, quienes echan mano de cualquier personaje, ONG y medios de comunicación ambiciosos de poder y de lucro.
Sin embargo, esa guerra no es contra el Gobierno del presidente Bukele, es contra quienes democráticamente lo llevaron a ser el líder de los cambios tan largamente anhelados. Y como él lo ha reiterado, «no vamos a retroceder».