No hay que perder de vista que la COVID-19 sigue estando entre nosotros. El recordatorio no es solo para mantener las medidas de prevención y de higiene que se han instalado de manera firme entre los ciudadanos —lo que explica en buena parte que El Salvador se mantenga entre las naciones menos afectadas por la pandemia—, sino también porque hay personas que continúan luchando contra la enfermedad y necesitan la ayuda de quienes ya pasaron por la prueba.
El uso del plasma de convaleciente para tratar a pacientes con COVID-19 ha dado buenos resultados en todos los casos en los que se ha suministrado. El Ministerio de Salud está preparado para dar los tratamientos, pero se necesita de la donación voluntaria de aquellos que superaron la enfermedad, puesto que ya desarrollaron los anticuerpos que neutralizan el virus y logran la recuperación de los pacientes.
Jaime Alfaro, coordinador de recolección de plasma de convaleciente en el Hospital Nacional de Niños Benjamín Bloom, aseguró a este diario que se han agotado las reservas.
El banco de plasma de convaleciente en el Hospital Bloom se inauguró el 8 de mayo. Ahora hay otros cinco bancos recolectores: en el Hospital Médico Quirúrgico del Seguro Social, en el Hospital Militar Central, en el Hospital Nacional Rosales, en el Hospital El Salvador y en el Hospital Nacional San Juan de Dios de Santa Ana. Los seis lugares cuentan con las instalaciones suficientes y los equipos necesarios para recolectar con toda seguridad el plasma.
Esta técnica médica ha sido exitosa para recuperar a los enfermos. En lo que va de la pandemia, más de 30,000 salvadoreños han superado la enfermedad. Algunos de ellos fueron receptores del plasma de otros. Ahora, la mayoría son potenciales donantes que podrían contribuir a salvar vidas.
Pero, en todo caso, se trata de una decisión personal. Es un compromiso moral de aquel que estuvo enfermo y recibió la ayuda de la sociedad para superar la prueba y que ahora tiene la oportunidad de devolver el bien.
Durante los meses más complicados de la pandemia, en el Hospital Bloom atendieron entre 30 y 40 donantes cada día. Sin embargo, a pesar de que la enfermedad permanece y hay pacientes ingresados, los donantes que llegan a diario al Hospital Bloom son cinco, en el mejor de los casos, porque hay jornadas en las que solo ha llegado uno.
Los que enfermaron entre julio y agosto todavía pueden donar. Los que tuvieron COVID-19 en mayo o antes, no, porque ya pasó su período de convalecencia.
Se trata de un compromiso con los demás. Es una forma de dar las gracias y ayudar a otros en el proceso.