Los resultados del régimen de excepción que el Gobierno del presidente Nayib Bukele puso en marcha el 27 de marzo han dejado como resultado, hasta el 28 de agosto, la captura de 51,241 pandilleros, de los cuales más de 770 son cabecillas de estructuras criminales de la MS y de la P-18, según reportes de la Policía Nacional Civil (PNC).
El ministro de Justicia y Seguridad, Gustavo Villatoro, explicó este lunes que gracias a estos resultados han logrado llevar tranquilidad a la población, sobre todo, porque es la principal beneficiada. De ahí que las autoridades tengan el respaldo de los salvadoreños por la aplicación de las medidas de seguridad.
«Este es el trabajo de un país en contra de estas estructuras terroristas que por más de 30 años habían tenido secuestradas a nuestras comunidades», dijo el funcionario.
Los pandilleros han sido los responsables de al menos, el 80% de los crímenes de sangre que se han cometido en las últimas décadas en el país y que, según las cifras de Seguridad, dejaron luto a 125,000 familias, al arrebatarles la vida a hijos, hermanos o padres de familia.
El ministro aseguró que el trabajo articulado entre la Policía y la Fuerza Armada ha permitido seguir golpeando a las estructuras criminales que operan en diferentes puntos del país.
A estos esfuerzos se suma el trabajo que realiza la Fiscalía General de la República (FGR) en los Juzgados Especializados de Instrucción donde son procesados los delincuentes. Los datos oficiales indican que hasta el momento los fiscales han logrado que el 89 % de los señalados, es decir, más de 45,200 mareros sigan presos por orden de los jueces para dar tiempo a la institución de fundamentar las acusaciones.
Y mientras las autoridades continúan encarcelando a más criminales y sus colaboradores, la población goza de tranquilidad en sus colonias y comunidades. Este clima de seguridad es todo lo contrario a lo que por décadas tuvieron que experimentar los salvadoreños en los gobiernos de los partidos ARENA y FMLN que nunca quisieron combatir a los pandilleros.
«Los últimos 20 años de los gobiernos anteriores han sido de fracasos, (pues) de una forma malintencionada preferían que la población estuviera acechada por estos grupos terroristas, que la sangre la pusiera la población», comentó Villatoro.