Hace 10 años, más o menos, no me imaginaba que la selección nacional dejara ir puntos contra equipos del Caribe. Obtener, un empate ni siquiera estaba en el guion, incluso en los peores momentos de la Selecta. Voy a repetir lo que creo: los equipos de las islas, sin menospreciar, no han avanzado; al contrario, nosotros nos hemos estancado, estamos en un bache profundo y no podemos permitirnos dar ninguna ventaja.
Desde que la Fesfut anunció que seis jugadores del Alianza no iban a atender el llamado a la Azul para la doble fecha de eliminatorias mundialistas por estar en desacuerdo con los incentivos económicos, ya estábamos en desventaja antes de saltar a la cancha.
Primero, porque la ropa sucia se lava en casa. Hay que tener capacidad de diálogo —y de negociación— y no exponernos a un bochorno por el tema de la plata, el cual incluso se internacionalizó porque la información que recibimos es que los jugadores pedían dinero hasta por partidos perdidos. Luego, en teoría, «todo se aclaró», porque creo que hay puntos que todavía no conocemos (y quizá nunca sepamos), pero apareció un problema más grave: un camerino dividido. Eso no se notó en demasía en la cancha. Sin embargo, está claro que afectó, sobre todo a Henry Hernández, uno de los jugadores señalados y que ahora ya no porta el gafete de capitán, el cual lució desde que Carlos De los Cobos tomó las riendas de la Selecta.
Pasado ese trago amargo de perder a seis jugadores que forman la columna vertebral del equipo nacional, el análisis, considero, pasa por dos grandes temas. Es momento de volver a sentarse, limar asperezas y ser conscientes de que hay jugadores que no tienen el nivel para ponerse la elástica azul. Pero en este segundo no voy a entrar en detalles, porque cada uno es consciente de sus capacidades.
Hugo Carrillo, presidente de la Fesfut, supongo que tuvo una plática con Carlos De los Cobos tras el empate ante Montserrat. Creo que acordaron que lo más sano es que esos futbolistas de Alianza tienen que estar en el equipo cuscatleco, siempre y cuando acepten las condiciones que el grupo completo establezca. Así van las palabras del federativo, las que dijo al llegar al país. Es que son lo mejor que tenemos y no se pueden quedar afuera. Y supongo que por eso el directivo aseguró que tienen la puerta abierta para los próximos encuentros, que serán en junio ante Islas Vírgenes Estadounidenses y contra Antigua y Barbuda.
La otra parte también la aclaró el delantero Fito Zelaya el martes: «Nunca le hemos cerrado la puerta a la selección». Aunque no se hayan reunido, entiendo, empieza a haber entendimiento, y eso es bueno. Se necesitan las dos partes, ninguna más que la otra. Debe haber un equilibrio y, ojalá, tras las declaraciones de Carrillo y Zelaya, ese sea el punto de partida para que la balanza no se incline para un lado.
Ayer era tarde para entablar un nuevo diálogo, uno más ameno, al que se debe llegar con la mejor disposición. Junio, el mes para que se jueguen esos partidos decisivos, está a la vuelta de la esquina. Podemos volver a ser noticia internacional en el deporte si ese tema lo queremos resolver a unas semanas de volver a la competencia.