Las tradiciones navideñas son actividades que durante generaciones se han ido heredando entre familias y países. No en todos los lugares se celebra la Navidad. La transculturización ha hecho que se adopten patrones culturales de otras regiones y cuando estos se arraigan se consideran propios.
«La transculturización es adoptar tradiciones de otras latitudes. Los antropólogos le llaman “prestamos culturales”. Es cuando en la cultura autóctona se insertan otras tradiciones que antes no estaban y se va resignificando la tradición, por lo que la manera de celebrar una fecha va cobrando otro significado por influencia de otras costumbres», explicó el historiador Israel Cortés.
En el país, estas adaptaciones culturales comienzan a darse hace 60 años, es decir y coincide con la aparición de los medios televisivos.
«La Navidad que conocemos hoy comenzó a finales de los 70 y principios de los 80. Hay registros históricos que señalan que en El Salvador de 1960 casi nadie tenía televisión, esta se masificó en 1970. A partir de eso ya se comienza a transmitir en la población otras ideas y se comienza a hablar del arbolito de Navidad, de Santa Claus y esas cosas», agregó el historiador.
Al surgimiento de personajes y objetos que se llegaron a catalogar como propios de la Navidad, se agregó otra actividad la cual ha perdurado a través del tiempo: el comercio, con lo cual las celebraciones decembrinas se hicieron más populares.
La comercialización navideña es un factor importante que, apegado a las diferentes costumbres que se mantienen, vienen a reforzar las actividades que se realizan para la época. Te presentamos algunas:
ÁRBOL DE NAVIDAD. La historia a punta que se originó en Alemania, durante el siglo XVI. Según datos, el primero en colocarse fue el «árbol del paraíso» en representación al recuerdo de Adán y Eva, el cual se decoraba con galletas.
De manera popular se le atribuye a Martín Lutero el hecho de haber colocado velas en el árbol, que con el paso del tiempo se convirtieron en luces. Se dice que durante un trayecto hacia su casa el protestante observó cómo se vislumbraban las estrellas a través de los árboles y quiso hacer una representación. Hacia Inglaterra se extendió en el siglo XVIII con la boda de la reina Carlota, princesa de un ducado alemán que se casó con el rey Jorge III. Así llegó a la casa real el adorno navideño. Pero el suceso que sirvió para difundir de manera más extensa esta decoración fue cuando The Illustrated London News, en 1848, publicó una fotografía de la reina Victoria y el príncipe Alberto con la decoración de fondo, algo que se convirtió en tendencia mundial.
CORONAS DE ADVIENTO. Surgen de una tradición pagana europea la cual consistía en encender velas durante el invierno para representar el fuego del dios sol. Los misioneros aprovecharon la práctica y comenzaron a relacionarla con la iglesia católica. La palabra adviento se deriva del latín «adventus» que significa llegada, por eso algunos relatos indican que la colocación de la misma es una tradición eclesiástica que surgió en torno al siglo IV y V. Cada detalle de la corona de adviento posee un significado. La forma circular es algo que no tiene fin, como el amor de Dios. Las ramas verdes son la esperanza y la vida. Tiene cuatro velas, una para cada domingo de adviento.
BELENES. Tienen su origen en el siglo XIII, cuando San Francisco de Asís, tras su peregrinación a los Santos Lugares, celebró la eucaristía en la Nochebuena de 1233 en Greccio. Allí preparó un nacimiento viviente, el cual estuvo acompañado de una mula y un buey. Con el paso del tiempo, la idea se expandió por toda Europa debido a los seguidores de la orden franciscana y, después, al resto del mundo.
SANTA CLAUS. En un inicio no existía, sino San Nicolás, en referencia al santo conocido de la iglesia católica que se convirtió en el obispo de Mira, en Turquía. Su reputación se la ganó cuando se convirtió en un defensor rebelde de la doctrina de la iglesia durante la «Gran Persecución», en el tiempo que se quemaban Biblias y se obligaba a los sacerdotes a renunciar al cristianismo o se les ejecutaba. Otras historias señalan el milagro que resucitó a unos niños que fueron asesinados en una posada. A través del tiempo, el santo se convirtió en una figura a quien se le rendía culto cada 6 de diciembre. A pesar de los diferentes hechos sobre San Nicolás, escritores y poetas deciden describir la Navidad como un acto de celebración familiar.
En 1809, el libro «Knickerbocker’s History of New York» habló por primera vez de un Nicolás que volaba sobre los tejados de las casas, llevando regalos a los niños buenos. En 1821, un poema anónimo escribió «The Children’s Friend» y asoció a un Santa Claus con la Navidad, quitando todo tinte religioso y cambiando su apariencia a un anciano amigable. Los colores, formas y tamaños que se conocen actualmente de Santa Claus se deben a la figura de este personaje con temas netamente comerciales.