Gobernanza y gobernabilidad son conceptos diferentes; sin embargo, pareciera que significan lo mismo, pero tienen un significado diferente. La gobernanza se refiere al proceso de toma de decisiones en el ejercicio del poder y la manera estratégica en cómo interactúan los diferentes actores políticos al interior del Estado; en cambio, la gobernabilidad se centra en la eficacia y efectividad de cómo el Gobierno administra el Estado. La manera y el estilo de gobernar no forma parte del Gobierno, lo cual implica la utilización de habilidades y prácticas para conseguir la legitimidad en términos de resultados específicos; así vemos la relación con la eficacia de las instituciones y en el cumplimiento de los fines del Estado, buscando el bienestar de los ciudadanos, así nos percatamos de cómo el Gobierno Central cumple sus objetivos en la construcción de redes viales que contribuyen a la interconexión de ciudades importantes del Estado salvadoreño y que a la vez conectan con los países vecinos, lo cual nos hace interferir en el núcleo duro del proyecto de transformación nacional.
El problema de gobernar en el cruce de las esferas políticas, económicas y sociales se concretiza en demostrar que el Gobierno sigue siendo el actor central de los problemas nacionales, y que a la vez se constituye como una instancia reguladora que armoniza los distintos intereses de la sociedad, significando signos de gobernabilidad, dejando por fuera a los ciudadanos irreverentes que forman parte de una endeble oposición política, cuyas voces endebles no hacen eco en la construcción de las decisiones políticas, puesto que no ejercen influencia, y tampoco constituyen presión ni importancia en lo que dicen. Por el contrario, el proyecto de transformación nacional se realiza como programa para garantizar la legitimidad, eficacia y eficiencia en el mediano y largo plazo.
El presidente de la república, Nayib Bukele, utiliza la política como instrumento de unificación de los intereses nacionales que motivan el desarrollo, el progreso y la armonía social. El Gobierno está realizando la transformación del país para que logre las condiciones para superar la problemática de los asuntos que son estructurales e históricos, para transformarlo en un país moderno.
La encuesta de CID Gallup reconoce la alta aprobación de la gestión presidencial por demostrar su alta capacidad para gobernar, y que durante el periodo 2025-2029 cuenta en el proyecto de transformación nacional siguiente: 1. Apoyar la agricultura, a los productores. 2. Mejorar caminos vecinales. 3. Mejorar el servicio de agua potable en las comunidades. 4. Incrementar el salario mínimo. 5. Mejorar los servicios de salud. Y, de manera general, mejorar la economía del país y vigorizar la política social.
La revista «Forbes Centroamérica» destacó en la portada de la edición junio-julio número 115 de 2024 el tema de la transformación de El Salvador en materia de seguridad, y la apuesta por la economía y la innovación tecnológica durante la administración del presidente Nayib Bukele, quien marcó un «antes y un después» en el proceso histórico del país. En la publicación, «Forbes» plantea que la nueva realidad salvadoreña es producto de un gobierno que gobierna, un gobierno estable.
En consecuencia, un gobierno estable y próspero requiere de un proyecto de nación que defina metas y objetivos de mediano y largo plazo que aseguren el desarrollo, la seguridad y el progreso de El Salvador por medio de un gobierno que atienda las necesidades y demandas de la sociedad a través de la toma de decisiones oportunas. La vocación de servicio, el talento y la experiencia son valiosos al país.