Me encanta escuchar a personas decirme «quiero dejar un granito de arena positivo en este mundo», no solamente por lo importante que eso es para cualquier persona, sino que me identifico mucho con ellas.
Hay muchas maneras de dejar una huella positiva cuando cumplamos nuestro ciclo de vida; claro, todos tenemos nuestra propia historia, depende de nosotros cómo queremos que sea contada por quienes nos conozcan. En el caso de nuestras familias, nuestros hijos serán quienes cuenten esa historia, que bien podría ser una historia en la que hayamos marcado una diferencia positiva y significativa, por nuestras características particulares, porque tomamos la decisión de romper los esquemas negativos de crianza tradicional, porque no nos dedicamos únicamente a proveer las necesidades básicas, sino también momentos hermosos que quedan grabados para siempre, como consejos, abrazos y amor.
Otros serán recordados en empresas por sus compañeros de trabajo o colaboradores como esos líderes o jefes que fueron verdaderos seres humanos, esos que estaban pendientes de saber cómo estaban a nivel personal, que con honestidad preguntaron si las situaciones personales estaban mejorando, que fueron de verdadero apoyo para los demás y que practicaron la camaradería en lugar de la competitividad.
Las amistades verdaderas son para siempre. Habrá amigos que nos recordarán o recordaremos como familia, por demostrar autenticidad, desinterés, y es que cuando algo se dice o hace para ayudar a otros sin esperar nada a cambio es algo que jamás se olvida, de lo que, por actuar y no solo pensar, brinda satisfacción a quien lo hace y demuestra apoyo incondicional a quien lo recibe.
Para todo esto hay que tener un propósito de vida claro. Esto nos permitirá al mismo tiempo definir nuestra meta. No siempre el propósito de vida es hacer dinero, de lo cual aclaro que no está mal, pero algunas personas desean trascender de una manera diferente, quieren que su historia sea contada por quienes las conocieron, desean ser un referente de algo positivo, anhelan cambiar vidas y, por qué no, un poco este mundo.
El deseo y la voluntad de lo que queremos lograr es el inicio, es nuestro porque eso que nos mueve a nivel emocional, cuando está claro, es la clave para dar inicio y no extraviarnos en el camino; por supuesto, hay que definir cómo haremos para lograrlo, establecer un mapa del recorrido y entonces las personas sabrán qué hacemos.
Mezclar lo que amamos hacer, todo aquello por lo que nos pagarían, eso que el mundo puede necesitar de nosotros y aquello en lo que somos buenos nos dará nuestra misión, visión, vocación y profesión. Es maravilloso dedicarnos a algo que nos apasiona, que nos acerca a nuestro propósito en la vida y que vamos materializando gracias al logro de nuestras metas bien establecidas.
Muchas personas estamos siguiendo esos sueños locos, eso que sabemos que con esfuerzo podemos conseguir. Pueda que las personas no te entiendan, que no estén de acuerdo contigo. No te desanimes, es tu vida, es única y, con el esfuerzo necesario, puedes ser recordado como alguien que logró poner ese grano de arena para dejar un mundo mejor de cómo lo encontró.