Por tradición, costumbre o simple desconocimiento, los veraneantes en Semana Santa y festividades de Navidad copan las playas Majahual y Costa del Sol, pero el litoral salvadoreño ofrece mucho más que eso, y en especial para los amantes del surf.
Relajado y con las olas reventando, a menos de 20 metros sobre la empedrada playa de El Tunco, Francis Hasbún, coordinador de surf para el programa Surf City, nos lleva a surfear por las principales playas del país.
«Tenemos una gama tan amplia de olas que El Salvador se está convirtiendo en un área de entreno para varios deportistas. Por ejemplo, Gabriel Medina, que es tres veces campeón del mundo [de surf], viene a entrenar al país».
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Hasbún asegura que una de las bondades de las olas de acá es que tienen similitud con las olas del más alto nivel mundial, pero con mejor volumen de agua las que las hacen más aptas para entrenar.
La ventaja de El Salvador respecto al resto de Latinoamérica, de acuerdo con Hasbún, radica en una falla geográfica que combina el cinturón volcánico con las cordilleras costeras y que permite al país tener una curva de 45 grados que ve completamente hacia el polo sur y las islas Galápagos.
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«Todas las tormentas del hemisferio Sur que se forman entre Australia y la Isla de Pascua son las que generan los oleajes que recibimos acá”, explica Hasbún.
«Una falla geográfica que para muchos podría ser algo negativo y decir porque nos castigas así Dios, es lo que nos va a dar a la bendición turística», agrega, al tiempo que señala que el surf es el denominador que será el embudo para jalar desarrollo y el polo estructural de todas las playas que necesiten realce.