Estas elecciones han marcado grandes diferencias en comparación con los comicios anteriores. Destaca el júbilo palpable con el que miles de salvadoreños, de todo el mundo, se motivaron a ir, con orgullo, a hacer valer su sufragio.
Y es que no es para menos, la diáspora salvadoreña se encuentra motivada ante los grandes avances y los cambios que han surtido efectos en El Salvador, cambios reales y tangibles en diferentes sectores y pilares fundamentales que han hecho que, a diferencia del pasado obscuro, en la actualidad decir que uno es salvadoreño es sinónimo de inflarse el pecho de orgullo.
Parte de esos cambios se refleja en la unión que la comunidad guanaca está teniendo. La diáspora salvadoreña ha demostrado ser un faro de esperanza y un vínculo inquebrantable con sus raíces, especialmente ahora que ejerció su derecho al voto; algunos ciudadanos viajaron a El Salvador exclusivamente para ejercer su voto en el país, otros lo hicieron desde los países en los que radican; por ejemplo, la comunidad salvadoreña radicada en Honduras. Esta diáspora, al igual que la de otras latitudes del mundo, mostró una gran organización para ir a votar, al juntarse en diferentes puntos del país para trasladarse al centro de votación autorizado por el Tribunal Superior Electoral; organización que, cabe la pena resaltar, surgió por iniciativa de los propios ciudadanos con la finalidad de hacer valer el voto de cada uno de los salvadoreños, lo que refleja un mismo sentir: el que continúen los cambios que han favorecido y beneficiado al Pulgarcito de América desde junio de 2019.
El actuar en estas elecciones no solo fue un ejercicio democrático, sino también una expresión vibrante de identidad y amor por su tierra natal. La camaradería que se experimentó en este evento va más allá de las fronteras físicas. La diáspora salvadoreña, al votar en conjunto, envió un mensaje claro y contundente: desea ver que los cambios positivos en su país de origen continúen. Este deseo colectivo es la columna vertebral de la alegría que se siente en cada rincón donde los ciudadanos se reunieron para emitir su voto, con la esperanza que palpita en cada corazón de que continuarán los avances y cambios positivos, mirando hacia adelante con optimismo.
En el caso mencionado, de la comunidad radicada en Honduras, fue de gran experiencia escuchar diferentes anécdotas y opiniones de los asistentes; en su mayoría mencionaron que el cambio en seguridad es indudable debido a que antes un gran número de colonias estaban controladas por las pandillas y ahora se puede andar con tranquilidad. Otra experiencia es la de Elba, una señora quien después de 60 años de estar fuera de El Salvador, por primera vez, sintió la necesidad de asistir a votar con la finalidad de coadyuvar a que los cambios continúen. De manera generalizada, todos los integrantes de la delegación salvadoreña de San Pedro Sula expresaban que los cambios son gracias al presidente Bukele y que estos deben continuar.
La jornada electoral, vivida en una verdadera fiesta cívica, finalizó con una alta participación, queda ahora solo esperar los resultados oficiales que la gran mayoría de los salvadoreños estamos convencidos de cuales serán.