Por primera vez en la historia de El Salvador, un presidente ha logrado concretar los anhelos y deseos de toda la nación. Con Nayib Bukele, el país logró trascender del corrupto sistema bipartidista con el que ARENA y el FMLN aseguraban impunidad del saqueo de las cuentas del Estado y otros desmanes cometidos para favorecer intereses particulares y a sus financistas.
El presidente Bukele es el mandatario mejor evaluado de la historia nacional, pero también a escala internacional, al punto que al llegar a su cuarto año de gestión sus niveles de aprobación son casi unánimes, lo que explica el deseo del pueblo de mantenerlo al frente de los destinos de la nación.
Este domingo, el gobernante y su vicepresidente, Félix Ulloa, presentaron su inscripción para convertirse en los candidatos a presidente y vicepresidente de Nuevas Ideas. Serán los afiliados del más grande partido político del país los que decidirán si ellos son la fórmula presidencial que competirá en las elecciones del próximo año.
El presidente Bukele es el político mejor evaluado y se ha convertido en todo un fenómeno, pues a medida que pasa su gestión sus números no hacen más que mejorar, gracias al éxito logrado al pacificar el país. El sentir popular, plasmado en los diferentes estudios y sondeos de opinión, es que el presidente Bukele debe continuar gobernando para continuar por el buen camino por el que ha dirigido a la nación.
De acuerdo con la última encuesta de la Universidad José Simeón Cañas (UCA), una de las organizaciones que trabajan con partidos políticos y otras agrupaciones por una candidatura única de oposición, el 97.7 % de los salvadoreños reconoce que la delincuencia ha disminuido durante el Gobierno del presidente Bukele. Por ello, el mandatario tiene una aprobación del 93 %.
Con tales niveles de aprobación es de entender la frustración en la oposición, que no tiene ninguna propuesta que pueda presentar una digna competencia en los próximos comicios. Mientras las agrupaciones opositoras se pelean por liderar la alianza de «todos contra Bukele» presentando diversas candidaturas, el presidente mejora sus calificaciones y crece el clamor para un segundo mandato.
Para nadie es un secreto el éxito de las transformaciones logradas por Bukele en sus primeros años como presidente, por lo que es lógico que el pueblo aspire a que siga en un nuevo período para continuar con el trabajo bien hecho y para convertir a El Salvador en una nación próspera, en desarrollo, con seguridad y con empleo, salud y educación para todos.