La representante de Unicef en El Salvador, Yvette Blanco, reconoció el liderazgo que ha tenido el Ministerio de Educación (Mined) para brindar continuidad educativa a los estudiantes desde el inicio de la pandemia por la COVID-19.
«Queremos reconocer el liderazgo y trabajo realizado por el Ministerio de Educación, ya que pese a todas las dificultades presentadas por la crisis sanitaria, la educación en El Salvador no solo no se detuvo nunca, sino que todas las dificultades enfrentadas se aprovecharon para poner en marcha la modernización y transformación en la educación del país, en la cual estamos orgullosos de contribuir», dijo Blanco.
El reconocimiento se lleva a cabo en un contexto en el que diferentes países han sido afectados por la pandemia. Según estimaciones de Unicef, en Latinoamérica y el Caribe, en mayo de 2021 se reportaron 124 millones de niños y adolescentes afectados por el cierre de las escuelas. Además, seis países de la región aún tienen las escuelas cerradas.
«El Mined hizo grandes esfuerzos al implementar un sistema multimodal que ofrece diferentes plataformas para atender las necesidades específicas de aprendizaje. Hace dos meses, las escuelas reabrieron y los niños y adolescentes regresaron a las aulas de forma semipresencial, opcional y segura, priorizando el derecho a la educación», mencionó la representante de Unicef.
Blanco también mencionó que el protocolo de reapertura incluye las indicaciones sanitarias para las escuelas, y explicó que dicha decisión de reapertura favoreció especialmente a los estudiantes en mayor situación de vulnerabilidad; además, destacó la importancia de vacunar a los docentes de los sectores público y privado antes de la reapertura de las clases semipresenciales.
Por otra parte, añadió que el actual Gobierno de El Salvador ha desarrollado amplios esfuerzos por promover la primera infancia en el sistema educativo salvadoreño, ya que para 2018 únicamente el 6.4 % de los niños entre cero y tres años recibía servicio de educación inicial. Para ese mismo año, solo 27 de cada 100 niños que entraban a primaria se graduaban de bachillerato, y solo uno lograba llegar a la educación superior. Además, el promedio de escolaridad para un adolescente de 17 años era de 8.5 años, cuando lo esperado era que estuviera cursando la educación media y superior.
«Desde Unicef reiteramos nuestro compromiso para seguir apoyando con el Gobierno de El Salvador y sus esfuerzos por la modernización de la educación, la reducción de la brecha digital y un sistema educativo multimodal para lograr el máximo aprendizaje», dijo Blanco.