La guerra de Corea, ocurrida entre los años de 1950 y 1953, es considerada uno de los episodios más sangrientos tras la Segunda Guerra Mundial, dejando como consecuencia más de 3 millones de muertes y una economía devastada casi en su totalidad. Tras el conflicto, Corea del Sur tuvo que intentar levantarse desde cero, sin recursos naturales y solo con la fuerza de su población para seguir adelante.
En un reciente encuentro con periodistas de varios países de América Latina, HS Jo, presidente de Samsung Latinoamérica, recordó el significado que hay detrás de la historia de Busan, cuando en esa década de los años 50 quedó reducida a una de las zonas más pobres del mundo, pero gracias a la apuesta por el único recurso con el que Corea del Sur contaba: su población, la ciudad y el país completo lograron resurgir de las ruinas hasta convertirse en una potencia mundial en desarrollo, tecnología y sostenibilidad. El ejemplo de esta ciudad surcoreana puede ser inspirador para los países latinoamericanos en vías de desarrollo, consideró el alto ejecutivo de la multinacional.
Educación: la clave del progreso
El presidente de Samsung Latinoamérica comentó que, tras la guerra, parte de la población de Corea del Sur migró a otros países desarrollados en busca de recursos que luego fueron invertidos en educación de calidad para que sus ciudadanos lograran sacar adelante varios proyectos que, unas décadas más tarde, se convertirían en empresas importantes, una de ellas fue Samsung Electronics, hoy en día en referente mundial de tecnología e innovación.
«Corea Sur, tras la guerra, mandó a personas a Alemania y otros países para generar recursos, con las ganancias invirtieron en educación y en sus empresas locales. Con la educación, las personas se dedicaron al desarrollo de las empresas que en los 80 despuntaron a nivel mundial y Samsung fue una de ellas como referente en tecnología, antes de eso no había recursos naturales, solo personas», agregó HS Jo.
Busan, como la segunda ciudad más grande de Corea del Sur, lidera ahora proyectos de tecnología y sostenibilidad en el mundo, como camiones ecológicos que generan su propia energía y hasta ciudades flotantes como una innovadora solución a la escasez de suelo en un territorio en el que habitan 3.3 millones de personas, solo por mencionar dos ejemplos.
Helvio Kanamaru, director de ESG y Ciudadanía Corporativa de Samsung Latinoamérica, también opinó que la historia de Busan y Corea del Sur pueden ser un ejemplo a seguir para Latinoamérica para conseguir un verdadero desarrollo sostenible y beneficios para la población de cada país. «Estamos muy seguros de que la educación es clave para los cambios estructurales que buscamos. Con más educación de calidad, lograremos los cambios que queremos en nuestros países», dijo.
Parte de este potencial como ciudad innovadora, mantiene a Busan como favorita para ser la sede de la Expo Mundial 2030, que será elegida este 28 de noviembre en París, por los Estados miembros de la Unión Internacional de Exposiciones (BIE, por sus siglas en francés). Riad, la capital de Arabia Saudí; y Roma, capital de Italia, también compiten por esta selección.