La Confederación Gremial de Transportistas Fuerza del Norte, integrada por transportistas independientes de localidades norteñas, convocó el pasado 17 de noviembre a una paralización de conductores para esta semana.
En una carta entregada al Gobierno, la asociación gremial advirtió sobre la suspensión de toda carga de camiones y permitir sólo el paso de «vehículos de emergencia, vehículos particulares y transporte de pasajeros».
«Nuestro objetivo no es dañar a la ciudadanía, pero estamos cansados de esta injusticia para con nosotros», señaló el organismo.
Los camioneros argumentaron un aumento semanal «descontrolado» en el precio del diésel, además de un riesgo «descontrolado» de sufrir asaltos, robos y saqueos de las cargas transportadas, lo que pone en peligro «la vida e integridad de los choferes».
«El robo de camiones, tanto en ciudades como en carretera, hace insostenible la actividad y deja a los medianos y pequeños operadores en la quiebra inmediata», detallaron.
Los conductores solicitaron por ello seguros de carga, cuyo costo recaiga en el propietario y no en los choferes, así como el acceso a tarifas de combustible «justas y reales», además de medidas «eficientes y eficaces» de la autoridad.
Por su parte, la Confederación Nacional de Dueños de Camiones, otro gremio del sector, calificó el paro de «irresponsable» y rechazó las «acciones de fuerza» debido a «las graves dificultades económicas por las que atraviesa el país».
Aseguró en esa línea que el «camino correcto» es dialogar y trabajar con las autoridades responsables para resolver las dificultades, entre ellas la inseguridad, los asaltos, los robos, los atentados y el aumento de los precios de combustibles e insumos.