Alegrías, obstáculos, tristeza y esperanza ha encontrado Marta Najarro en un recorrido de 15 años enfrentando el cáncer de seno. Su lucha inició en 2007, cuando tuvo los primeros síntomas de un tumor cancerígeno, y la primera alerta fue piel retraída en el cuadrante superior de la mama izquierda. Visitó a la mastóloga, quien le tomó pruebas y le dijo que su diagnóstico resultó positivo a la enfermedad. Según recuerda, lo más difícil fue darle la noticia a su madre y a sus hijos, quienes aún estaban pequeños. Además, pasaron meses para que abiertamente dijera que tenía cáncer.
«Mis hijos estaban pequeños y me preocupaba la condición en la que yo estaba, pero a la vez fueron mis motivos para decir que tengo un propósito en mi vida para seguir adelante. El cáncer no me va a vencer a mí, sino que yo lo puedo vencer», explicó Najarro.
Solo unas semanas después del diagnóstico, ella se sometió a una cirugía radical y optó por usar prótesis. Además, le hicieron una histerectomía radical; es decir, le retiraron los órganos reproductores porque el estrógeno alimentaba las células cancerígenas que se reproducen de una manera inapropiada.
Posteriormente, pasó cinco años con medicamento para combatir la enfermedad, el cual tomaba todos los días y provocaba efectos como dolor en las articulaciones y falta de apetito. Voluntariamente cambió su estilo de vida, incrementó las horas de descanso y mejoró su alimentación. Luego entró en otro proceso de cinco años en remisión, que es la atenuación o desaparición completa de los signos y síntomas de su enfermedad. En este período, ella se tomaba exámenes con frecuencia, y finalmente recibió el alta médica. Actualmente sigue con análisis anuales que identifican la cantidad de células cancerígenas que hay en el torrente sanguíneo.
Estos años no fueron fáciles, pues perdió amigos cercanos, pero está convencida de que han sido más las experiencias de aprendizaje y ha conocido a mujeres ejemplares. «He conocido a mujeres valientes, guerreras. Tuve una compañera que estaba embarazada cuando fue diagnosticada con cáncer. Los amigos se convierten en familia extendida», dijo.
Por lo tanto, destacó la importancia del diagnóstico temprano para superar la enfermedad. «Cáncer no es sinónimo de muerte, de verdad que no lo es, siempre y cuando sea detectado a tiempo. Si el cáncer se encuentra en un estado temprano, hay diferentes tratamientos», agregó Najarro.
AYUDA A OTRAS MUJERES
Marta es una de las fundadoras y actual voluntaria de la Fundación Edificando Vidas, la cual brinda apoyo emocional, médico, seguimiento y acompañamiento a mujeres con cáncer de mama. Esta iniciativa surgió unos años después de que ella fue diagnosticada con cáncer, pues conoció a Marcela Carrillos, la principal fundadora, quien tuvo el diagnóstico de cáncer solo seis meses después de Marta. En esa época eran compañeras de trabajo.
Desde la organización hacen visitas al Hospital de la Mujer y ofrecen consulta médica a un costo accesible. Además, reciben donaciones para comprar elementos básicos para mujeres que están pasando por este proceso. «La creación de la fundación es una experiencia personal. Es importante buscar ayuda, y eso no significa que eres una mujer débil; al contrario, significa que necesitas fortalecerte y que debes tener un propósito más grande en tu vida», enfatizó.