Recuerdo cuando el pasado 1.º de mayo iniciamos nuestra gestión al frente de la Alcaldía Municipal de Zaragoza. Los problemas, ya lo sabíamos, eran enormes, pero siempre confié en que el trabajo sin descanso junto a nuestros colaboradores nos haría salir adelante.
Ya han pasado un poco más de 100 días desde ese momento, y me gustaría hacer un recuento de todas las acciones y decisiones que hemos tomado para revertir el curso de atraso que las anteriores gestiones del FMLN y de ARENA marcaron en los últimos 30 años.
A finales de abril, pocos días antes de recibir la alcaldía, los trabajadores de varias dependencias reclamaron el pago de su salario de dos meses, paralizando sus labores. En una nota televisiva, el todavía alcalde del partido ARENA tuvo la desfachatez de decir que el pago de abril sería responsabilidad nuestra pagarlo, porque ellos no tenían fondos.
Así recibimos la alcaldía: endeudada, con una sobrepoblación de empleados; sin proyectos reales, sin visión de futuro. Nos heredaron una ciudad sucia, desordenada, insegura y aislada de proyectos de desarrollo, pese a que Zaragoza tiene una ubicación estratégica.
No podíamos dejar de denunciar las gestiones nefastas que se alternaron los partidos tradicionales, pero el pueblo de Zaragoza nos eligió para trabajar por ellos y eso es lo que hemos hecho. El mismo 1.º de mayo, en lugar de perder el tiempo en una ceremonia de traspaso, nos dedicamos a recoger la basura acumulada en el municipio con el apoyo de todos nuestros colaboradores, el Ministerio de Obras Públicas y la Policía Nacional Civil (PNC).
Desde nuestra campaña por la alcaldía dejamos claro que la salud sería uno de los pilares de nuestra gestión y hemos dado pasos firmes para cumplirlo. El primero de ellos fue iniciar la remodelación y el equipamiento de la Clínica Médica Municipal, que estamos a pocos días de inaugurar. Los zaragocenses podrán recibir atención especializada las 24 horas, los siete días de forma gratuita.
En ese sentido, hemos gestionado la cooperación de la empresa privada, del Ministerio de Salud y de fundaciones. Así, la Fundación Jerusalem ha sido un aliado invaluable, iniciando con una jornada médica en la cual beneficiamos con atención y medicinas a más de 100 personas, y ellos nos donaron una ambulancia equipada que ya está al servicio de nuestra población.
También, apoyamos al centro de vacunación municipal anti-COVID-19, donde nuestro personal colabora con el ordenamiento, la limpieza y la orientación de las personas que llegan a iniciar su protección contra la pandemia. Fuimos de los primeros en sumarnos al llamado del presidente Nayib Bukele para la entrega de partidas de nacimiento gratuitas, para facilitar la vacunación de los mayores de 12 años.
No puedo dejar de mencionar que estamos reactivando un convenio de hermanamiento con la ciudad de Zaragoza, España, para lo cual sostuve un encuentro virtual con mi colega Jorge Azcón, quien se mostró impresionado por lo que estamos haciendo por nuestro municipio en tan poco tiempo. Muy pronto tendremos buenas noticias sobre los proyectos en los cuales nos apoyarán.
Hemos reactivado la actividad deportiva y hemos recuperado la infraestructura abandonada para que nuestros niños y jóvenes tengan la oportunidad de practicar deportes. Prueba de ello es la Escuela de Fútbol Municipal, que ha sido dotada con uniformes e implementos.
Estamos apoyando a las comunidades con materiales de construcción para obras que necesitan, construyendo pasarelas en zonas de riesgo, gestionando inversión privada, articulando esfuerzos con el Gobierno Central, ya reordenamos el casco urbano de la ciudad; hemos becado a 23 jóvenes con el salario del alcalde.
Cien días es poco tiempo, pero estoy convencido de que en ese período ya hemos hecho más que los mismos de siempre en 30 años. Nuestra meta es que en tres años dejemos un legado para que Zaragoza sea una ciudad de la cual sus ciudadanos se sientan orgullosos. Una ciudad de primer mundo, ¿por qué no?