De acuerdo con declaraciones de Don Levin, investigador de la Carnegie Mellon University, Estados Unidos ha intervenido en momentos clave de la política de otros países al menos 80 veces solo entre 1946 y 2000. En la historia reciente, en México, el presidente Andrés Manuel López Obrador acusó antes de las elecciones federales a Estados Unidos de financiar a organizaciones «golpistas».
«Un Gobierno extranjero no puede dar dinero a grupos políticos de otro país. La constitución nuestra lo prohíbe», reprendió López Obrador. Esta semana, el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei se defendió de las exigencias del país norteamericano diciendo que la amistad bilateral permanecía «a pesar» del Gobierno de Biden, pero reafirmando que no cederían ante presiones.
«No vamos a permitir tampoco que nadie pueda llegar a exigirnos a nosotros que adoptemos cosas que vayan en contra de nuestra creencia, de nuestra fe y de nuestras leyes, nos cueste lo que nos cueste, así no sea una invitación a la Casa Blanca», declaró Giammattei ante un foro organizado en Washington D. C. después de enterarse de que Biden lo excluyó de su cumbre por la democracia.
Hace meses, luego de la accidentada retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán, el mismo Biden aceptó que la potencia mundial nunca tuvo la intención de ayudar a crear una democracia para el pueblo afgano, sino de cuidar los intereses de Washington.
Luego de haber prometido evacuar a todos los refugiados y aliados en peligro por los talibanes, ahora Estados Unidos ha puesto más trabas para los refugiados afganos que necesitan escapar.
Asimismo, la ocupación de Estados Unidos en Haití (1915-1934) para defender los intereses de empresas estadounidenses creó a una «nación en bancarrota» que persiste, de acuerdo con la organización independiente Human Rights First.
«El Gobierno de Estados Unidos brindó apoyo continuo al régimen de Duvalier, cuyas décadas de gobierno se conocieron como “el régimen más opresivo del hemisferio”, lo que provocó la muerte de más de 30,000 personas y obligó a cientos de miles a huir de Haití. En respuesta a estos refugiados haitianos —una crisis que Estados Unidos había ayudado a crear—, el Gobierno bloqueó y devolvió a los haitianos a los daños y los sometió a una inmigración discriminatoria», acota la organización en un informe de septiembre. En julio de este año, el presidente Jovenel Moise fue asesinado por un comando armado y Estados Unidos mostró y mantiene su apoyo al Gobierno de facto del doctor Ariel Henry.
Estados Unidos tiene una larga historia de proclamarse a favor de la democracia mientras financia a grupos de poder extranjeros. De acuerdo con Levin, quien escribió un libro al respecto, Estados Unidos es el país que más ha interferido en elecciones extranjeras en el mundo a través de los años.
«Está claro que el Gobierno de Estados Unidos no acepta colaboración, amistad o alianza. Es sometimiento absoluto o nada», dijo ayer el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, en respuesta a las denuncias de presiones para el Gobierno salvadoreño por parte de la embajada estadounidense en el país.