El mundo celebró la llegada de 2022 con festividades restringidas por la COVID-19, entrando en un tercer año de pandemia con una explosión de contaminaciones y tímidos signos de esperanza.
El surgimiento de la particularmente contagiosa variante ómicron en noviembre llevó a superar por primera vez el millón de contagios diarios de coronavirus, según un recuento de la AFP. Oficialmente, más de 5.4 millones de personas murieron desde que se identificó el virus en China, en diciembre de 2019.
Gran Bretaña, Estados Unidos e incluso Australia, protegida durante mucho tiempo de la pandemia, están batiendo récords diarios de casos. Y Francia anunció a su vez que ómicron es mayoritaria en su territorio.
Sin embargo, en su mensaje de fin de año, el presidente Emmanuel Macron se declaró «decididamente optimista», deseando que 2022 también sea «el año del fin de la pandemia».
Las islas Kiribati, en el Pacífico, fueron las primeras en dar la bienvenida al nuevo año. En la Cachemira india, al menos 12 personas murieron en Mata Vaishno Devi, uno de los sitios hindúes más reverenciados.
La cifra de muertos podría ser mayor porque el camino al santuario «estaba lleno de fieles que intentaban realizar la acostumbrada visita y oración de año nuevo».
Desde Seúl hasta Ciudad de México y San Francisco, muchas festividades fueron canceladas como en 2021 o severamente restringidas.
En París, donde se canceló el tradicional espectáculo de fuegos artificiales de Nochevieja, miles de personas, mucho menos que antes de la pandemia, pasearon por los Campos Elíseos, donde la Policía controlaba el uso de mascarillas.
En el corazón de Madrid, la tradicional fiesta ante la Puerta del Sol reunió a unas 7,000 personas para 2022 tragar uvas al son de las 12 campanadas de la medianoche.
En Sídney, una ciudad que se jacta de ser la «capital mundial del Año Nuevo», las multitudes fueron inusualmente pequeñas en el puerto para presenciar el tradicional espectáculo de fuegos artificiales.
En Dubái, los fuegos artificiales en 29 sitios iluminaron la ciudad. El público se concentró temprano en la noche para presenciar el espectáculo de la torre más alta del mundo, el Burj Khalifa.
En Brasil, el segundo país más castigado por la pandemia después de Estados Unidos, Río de Janeiro volvió a la playa de Copacabana para recibir al 2022, aunque con menos público debido al mal tiempo y las restricciones por la pandemia.
En Sudáfrica, donde se detectó a finales de noviembre la nueva variante, el toque de queda nocturno que rige desde hace 21 meses se interrumpió por cuatro horas desde la medianoche.
Esperanzas
Nueva York se preparó el pasado viernes para recibir el Año Nuevo en Times Square con la famosa caída de la bola y papelillos volando, aunque de forma reducida debido a la pandemia. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, instó el viernes a la unidad en el Año Nuevo en un mensaje de video en el cual saludó a los «extraordinarios» estadounidenses.
En Rusia, el presidente Vladimir Putin mencionó en un mensaje televisado la pandemia de la COVID-19 sin citar la cifra de más de 600,000 muertos establecida el día anterior por la agencia nacional de estadística, el doble de lo que dijo el Gobierno.
Los expertos esperan que 2022 marque una nueva fase menos mortal de la pandemia.
La vacunación de alrededor de 60 % de la población mundial ofrece un rayo de esperanza.