La soledad en el adulto mayor se ha convertido en una de las preocupaciones de muchas personas que ven cómo su familiar, con el pasar de los años y por diversas circunstancias, se aísla cada vez más de su entorno.
El alejamiento puede estar relacionado con el tipo de vida del adulto (viudo, sin nada que hacer, sintiéndose inútil), aunque también influye el que sus familiares, en muchas ocasiones, no dedican el tiempo, la atención o los cuidados que precisa.
De acuerdo con la geriatra y gerontóloga de la Clínica del Adulto Mayor, Evelyn Henríquez, en el envejecimiento se experimentan diferentes vivencias y cambios. Uno de ellos es el aislarse de la sociedad, no porque ellos quieran, sino porque en muchas ocasiones tienen estigmas, es decir, piensan que los jóvenes no quieren estar con quienes sobrepasan los 60 años.
«Se tiene de referencia que más de 14 % de la población, a escala mundial, vive sola. Eso llama la atención porque quiere decir que todavía existe el estigma que no queremos la vejez, porque la vemos como algo malo o a lo que no queremos llegar», apunta.
Con lo anterior, la especialista señala que desde el primer pensamiento de que no queremos llegar a ser adultos mayores ya es síntoma de que hay rechazo hacia esa etapa de la vida y esto está muy marcado en unas sociedades más que otras.
Henríquez detalló que hay una diversidad de factores que influyen en la soledad de un adulto. Uno de ellos es el fallecimiento de los amigos o personas cercanas. Cuando esto pasa, el adulto va reduciendo su grupo social y se van sintiendo aún más solo.
Otro ocurre después de la posible jubilación, normalmente hombres y mujeres están acostumbrados a mantenerse activos y cuando se llega a esta etapa no siempre se tiene un plan de qué hacer al retirarse de un trabajo que ha demandado horario y obligaciones durante años.
«Desde jóvenes deberíamos tener un plan sobre qué queremos hacer cuando estemos jubilados para no caer en depresión o ansiedad por el hecho de no tener actividades por realizar y aquel temor de estar solo en la casa», dijo.
Muchos adultos mayores llegan a pensar que son personas que no aportan o que su vida ya no tiene un significado y por eso muchas veces desean fallecer.
La familia también incide para que un mayor se sienta solo o se aísle por conductas de rechazo o exclusión, por ejemplo, no tomarlo en cuenta en un día de paseo.
«Es interesante ver casos familiares donde unos son sobreprotectores, que no dejan hacer algunas actividades físicas porque se puede caer o lastimar. También se da el caso que prefieren dejarlos con cuidadores o enfermeras porque piensan que son una carga», dijo.
Henríquez añadió que los momentos de tomar decisiones, muchas veces, les hace sentir que no son autosuficientes debido a que su familia les prohíbe realizar lo que desean o proponen.
Apoyo familiar
El entorno familiar es esencial para que no se manifieste la soledad en los adultos mayores, y más en aquellos casos cuando tienen ciertas limitaciones en sus capacidades cognitivas o físicas y requieren de mayor atención.
Nunca se debe olvidar que la soledad puede generar problemas graves, como un gran deterioro mental, de las capacidades cognitivas, mayor riesgo de demencia y problemas de salud, en general.
La geriatra y gerontóloga recomienda que si la familia tiene la posibilidad económica para que acudan a un centro de día es una buena solución para que el adulto pueda realizar actividades adaptadas a su condición y así mantenerse siempre activo.
Otras de las cosas que pueden hacer los familiares es visitarlos más a menudo, pasar tiempo de calidad con ellos, involucrarlos en las tareas del hogar y preguntarles si quieren que les ayuden, dar paseos a parques o zonas verdes. También, se pueden realizar juegos para mejorar sus habilidades cognitivas y hacerles partícipes en reuniones familiares para que se sientan importantes.
«Solo el hecho de hablar con ellos los hace sentirse contentos, al igual que cuando los escuchan. Los “day care” son una buena opción para que los adultos mayores puedan desarrollar ciertas actividades durante el día y en la noche ya están con su familia. Además, se encuentran en un entorno con personas de su misma edad», enfatiza.
Agregó que, en algunos casos, los familiares expresan que al adulto no le gusta hacer nada o quiere pasar solo acostado y eso se debe a que la persona presenta un cuadro de depresión o ansiedad; sin embargo, hay que promover diversas actividades hasta descubrir cuáles son de su interés, por ejemplo, se puede invitarlo a que riegue las plantas, lea, vea televisión, salga de paseo o, incluso, planear visitas a familiares o amigos que viven en otros países.
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Estas son algunas actividades para evitar la soledad:
- Hacer cursos con personas de la tercera edad en su colonia o lugar de residencia.
- Realizar talleres creativos con amigos y familiares.
- Apuntarse a excursiones de asociaciones de la tercera edad.
- Apreciar actividades culturales en su localidad como ir al teatro o al cine.
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TIPOS DE SOLEDAD
- Subjetiva: se presenta cuando la persona, al sentirse sola, busca estar acompañada o vivir con algún amigo o conocido, pero siempre se siente abandonada. Esta etapa ocurre cuando ya presenta un cuadro de depresión.
- Objetiva: el adulto mayor desea vivir solo y no depender de nadie. Este tipo de soledad se puede presentar cuando hay problemas familiares con un hijo, yerno o nuera, por lo que prefieren evitar contactos directos.