Carlos Eduardo D.R, de 33 años seguirá en prisión mientras sigan las investigaciones en su contra por el delito de amenazas y lesiones graves contra su esposa, según lo decidió el Juzgado de Paz de Ilopango.
Según la investigación de la Fiscalía, en la tarde del 24 de julio pasado, alrededor de las 5:00 p.m., se registró un incidente en el que el imputado discutía con su esposa, Maricela Raquel M. G. En ese momento, Carlos Eduardo habría agredido físicamente a su esposa, golpeándola en el rostro y los brazos, y posteriormente, hizo amenazas de muerte en su contra.
A pesar de una breve tregua, aproximadamente a las 8:00 p.m., el sujeto volvió a agredirla, según lo consignaron las autoridades.
El reporte indicó que el detonante de la discusión fue la insistencia de Carlos Eduardo en emigrar irregularmente a Estados Unidos junto a su esposa, un plan al que ella se opuso debido a la falta de cuidado para sus hijos en ausencia de ambos.
En la madrugada siguiente, Maricela Raquel solicitó a su agresor que la llevara al Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) debido a los intensos dolores provocados por los golpes sufridos. No obstante, Carlos Eduardo se negó inicialmente.
Fue alrededor de las 10:00 de la mañana cuando finalmente accedió, al percatarse de las visibles contusiones en el cuerpo de su esposa. En ese momento, Carlos Eduardo habría amenazado a Maricela con represalias mortales si revelaba la violencia sufrida, pero ella logró comunicar lo sucedido a su hija mayor, quien alertó a las autoridades de la Policía Nacional Civil. El agresor fue detenido en el estacionamiento del ISSS de Ilopango.
El agresor enfrenta cargos por amenazas y lesiones graves contra su esposa.
Durante la audiencia inicial se ordenó su detención provisional tras la instrucción formal, conforme al informe del Instituto de Medicina Legal, que estimó un tiempo de recuperación de doce días para las lesiones. Estas lesiones resultarían en una incapacidad laboral de la misma duración. Además, no se presentaron evidencias que respaldaran la permanencia del imputado en el país, y se conoció que los maltratos eran recurrentes, incluso en presencia de sus tres hijos.