Una taza de café y pan dulce era todo lo que había almorzado Blanca Estela Argueta Alfaro, de 47 años, cuando comenzó el incendio en una bodega ubicada en la avenida Monseñor Romero y 2.ª calle poniente, del barrio San Felipe, San Miguel. La mujer cuenta que estaba sentada cuando percibió el olor a quemado, por lo que salió al patio de su negocio y se percató de que salía humo.
Argueta Alfaro regresó a su silla, pues pensó que se trataba de quema de basura; sin embargo, unos albañiles que estaban enfrente de su negocio le gritaron que se saliera porque se estaba quemando el lugar.
«Ya iban a ser las 4 [de la tarde] y no me había quedado tiempo de almorzar, y a esa hora me estaba almorzando un café con pan cuando comenzó el incendio. Yo pensé que quemaban basura, pero me gritaron que me saliera porque me iba a quemar», relató la mujer. Añadió que, cuando salió, se percató de que la bodega que se encuentra a un local de su negocio estaba siendo consumida por las llamas, por lo que, en su angustia, comenzó a pedir ayuda para sacar su mercadería.
«Yo, desesperada, comencé a ver qué sacaba, porque yo tenía venta de ropa y también hacía licuados, jugos naturales y vendía recargas, pero es poco lo que pude rescatar», dijo.
Con lágrimas y la voz entrecortada, la comerciante añadió que tenía siete años de vender en el local y que día a día buscaba vender diferentes productos o alimentos para subsistir y pagarle los estudios a su hija.
«Es triste, porque todo esto lo tenía a puros préstamos que había sacado, y yo veía cómo hacer o qué vender para ir sacando para los pagos, la comida y seguir vendiendo acá. Hoy perdí todo», se lamentó Blanca, quien, a pesar de la tragedia, confía en que saldrá adelante.