Un grupo de analistas coincidió que ARENA y FMLN vendieron, por décadas, a sus militantes una falsa ideología y lucha de derecha e izquierda, porque ya se confirmó que ambos partidos -junto con Nuestro Tiempo y VAMOS- alistan una candidatura única para las elecciones presidenciales de 2024.
Inicialmente, fue «Diario El Salvador» el que advirtió en su edición del 17 de mayo pasado esta alianza electoral, y el lunes pasado, el periódico digital «El Faro» reconfirmó esta información, agregando que a finales de esta semana posiblemente se conozca públicamente la candidatura presidencial única de la oposición.
«No hay ninguna diferencia entre ellos, más que los colores, que las banderas. A nivel político vendieron una idea de que eran adversarios», dijo ayer el politólogo Óscar Martínez Peñate en la entrevista del «Noticiero El Salvador», del Canal 10.
Y es que la incompatibilidad y la rivalidad mostrada por los máximos dirigentes y los militantes de ARENA y del FMLN iba más allá del antagonismo entre el capitalismo y el socialismo, respectivamente. Sus ideas también llaman a la lucha de clase, así como las letras de sus himnos y marchas, entonados a todo pulmón y con mano derecha o izquierda empuñada, por parte de los correligionarios.
El sociólogo y analista político, Mauricio Rodríguez, por su parte, aseguró que entre el FMLN y ARENA «nunca existió un antagonismo como hacían creer» a la población salvadoreña, porque ahora ambos partidos -en periodo prelectoral «se quitan el disfraz y la máscara para decir “somos lo mismo”».
Hasta la fecha, el presidente de ARENA, Carlos García Saade y el secretario general del FMLN, Óscar Ortiz, han negado la alianza electoral para las presidenciales del próximo año, sin embargo, ambos fueron desmentidos por el presidente de Nuestro Tiempo, Andy Failer, quien en Twitter aseguró que «hemos estado trabajando para construir una alternativa amplia y democrática frente al autoritarismo».
«El Salvador será la tumba donde los rojos terminarán», reza parte de la letra de la marcha del partido tricolor, que es acompañada con un zapateo al momento de ser entonada por parte de la militancia, mientras que los correligionarios del partido rojo cantan: «Vanguardia de un pueblo que lucha… […]. Revolución o muerte, venceremos».
Sin embargo, para el analista Rodríguez estos cánticos distan de la realidad, porque los partidos ARENA y FMLN «son unos farsantes que están dejando en el olvido, en el engaño y burlada a quienes creyeron en sus ideales». Por su parte, Giovanni Galeas, escritor y analista político, aseguró que ARENA como el FMLN han tenido su cordón umbilical unidos luego de la firma de los Acuerdos de Paz, que ocurrió en México, el 16 de enero de 1992.
Durante una parte del periodo de la guerra y hasta la firma de los Acuerdos de Paz, ARENA era el partido en el Gobierno, mientras que el FMLN -que aglutinaba grupos alzados en armas- era la parte beligerante. «Yo creo que todos saben que ARENA y el FMLN son un mismo partido desde 1992. Políticamente ya eran el mismo partido porque tienen el mismo programa de Gobierno, y ahora electoralmente buscan consumar su unión», dijo Galeas en la «Entrevista A:M» de canal 10.
En relación con la alianza electoral consumada entre el bloque de partidos de oposición para 2024, Dagoberto Gutiérrez, académico y analista político, sostuvo -en la entrevista TVX- que este escenario electoral que se vislumbra viene a ocurrir después que «el FMLN y ARENA se murió, se agotó políticamente (pues) el pueblo le voló la cabeza al FMLN y ARENA» en las elecciones de 2019 y 2021.
En 2019, el presidente de la república, Nayib Bukele planteó una posible alianza electoral entre la derecha y la izquierda, para tratar de recuperar el poder que perdieron al ser derrotados, por los votantes, en elecciones libres y democráticas de ese año.
El analistas Remberto González señaló ayer, en la entrevista «Diálogo» que cualquier alianza que pretenda hacer la oposición para los comicios de 2024 la tiene «cuesta arriba» para poder ganar, porque el presidente Nayib Bukele (quien dijo que competirá por un segundo mandato presidencial) tiene un amplio respaldo y aceptación popular.