El ministro de Hacienda, Jerson Posada, aseguró el pasado miércoles en una entrevista que el proceso de reperfilamiento del 54 % de la deuda de corto plazo del Estado, que se encuentra en manos de la banca privada, se implementa «de manera muy exitosa».
El reperfilamiento, que fue propuesto por los bancos el año pasado, consiste en extender los plazos de vencimiento de la deuda del país que estaba a un año, a intervalos de 2, 3, 5 y 7 años.
Según Posada, desde el último trimestre de 2023 hasta la fecha, se han reperfilado $588 millones de $1,500 millones que se prevén modificar.
El monto procesado, que corresponde a Letras del Tesoro (Letes) y Certificados de la Tesorería de la Federación (Cetes), ha sido trasladado a deuda de siete y cinco años, y se continúa con el trabajo para modificar el resto del «stock» a períodos de dos y tres años.
«Este proceso de reperfilamiento lo iniciamos desde el último trimestre del año anterior y ha sido muy positivo. Básicamente consiste en trasladar aquella deuda de corto plazo o con vencimiento menor de un año hacía deuda de mediano y largo plazo […] Lo estamos implementando de manera muy exitosa», dijo.
El ministro también aclaró que con esta iniciativa no se incrementa la cantidad de pasivos, sino que se «mejoran las condiciones de deuda».
«Es el mismo saldo que nosotros teníamos a plazos menores de un año, que estamos trasladando a plazos mayores. Además, incluye amortizaciones programadas, es decir, se va reduciendo la deuda a medida que se va pagando», precisó.
Agregó que esta acción permite mejorar el manejo de la caja del Gobierno y la gestión de liquidez.
En el mismo sentido, Alexander Pinilla, vicepresidente financiero de Bancoagrícola, destacó en una rueda de prensa que el anuncio del cambio de perfil de vencimiento también ha tenido un impacto en la calificación crediticia del país. Poco después de que se iniciara el proceso, Standard & Poor’s (S&P) elevó la nota del país a B-/B desde CCC+/C.
«Posterior al reperfilamiento de la deuda, el país tuvo una mejora de calificación, fundamentalmente por el reperfilamiento de la deuda, porque se quitó una presión de liquidez de corto plazo y se hizo una estructura de deuda de 2, 3, 5 y 7 años. Eso claramente cambia el perfil de deuda del Gobierno y eso es lo que propició una mejora», explicó.
«La mejora de la calificación es importante porque abarata los costos de financiamiento no solo del Gobierno, sino también del sector privado en el país», añadió.
Por otro lado, cabe resaltar que la estrategia de gestión de pasivos, que incluye no solo el reperfilamiento, sino también operaciones de recompra de bonos, ha contribuido a que el Indicador de Bonos de Mercados Emergentes (EMBI), el principal indicador de riesgo país, haya mejorado considerablemente.
«Hemos tenido una mejora significativa de los indicadores de riesgo internacional. En julio del 2022, nuestro EMBI se ubicaba en los 3,500 puntos básicos, a niveles de Ucrania, que estaba en una guerra, y pues era algo inexplicable. Hemos logrado paulatinamente reducir este nivel de riesgo a niveles de 649 puntos básicos hace una semana, ahora estamos alrededor de los 740. Esto lo que refleja es que hay una mayor confianza de los inversionistas internacionales en todas las medidas que estamos implementado en materia económica, fiscal, de seguridad, de salud», detalló el ministro Posada.
Esto, a la vez, hace que los bonos de El Salvador se coticen mejor en el mercado y den mejores rendimientos a los inversionistas.
«Nuestros bonos están en el mercado en 94 %, 96 %, están muy bien cotizados, con muy buenos rendimientos. Cuando estábamos en altos niveles de riesgo, nuestros bonos cotizaban en 40 o 50 %», sostuvo el funcionario.