¿Has notado si en tu círculo cercano hay alguien que al menor síntoma cree padecer alguna enfermedad grave? Hay personas que con un dolor de cabeza, de estómago, garganta u otros similares piensan que podría tratarse de algún tipo de cáncer y sienten angustia, de tal manera que consultan con uno o varios médicos, pero los profesionales no encuentran nada anormal.
Si la respuesta es afirmativa, es posible que esta persona padezca de un trastorno mental denominado Ansiedad por enfermedad, una condición que pueden experimentar tanto mujeres como hombres de cualquier edad y que debe ser tratada por un psicólogo o un psiquiatra según sea el factor que la origine.
¿Qué es la hipocondría o la ansiedad por enfermedad?
Esta condición se conocía como hipocondría hasta el 2016, cuando se cambió el término Trastorno de Ansiedad por Enfermedad (TAE) en el Manual de Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, publicado por la American Psychiatric Association.
Para comprender lo que les ocurre a las personas que lo sufren consultamos a la psicóloga Ada Díaz quien menciona que se trata de un diagnóstico muy común que se caracteriza por sentir preocupación excesiva y persistente a tener una patología muy grave.
De acuerdo con la profesional, «las personas con este trastorno tienden a magnificar los síntomas que experimentan, hasta plantearse la peor de las posibilidades, por ejemplo, cuando identifican un síntoma como un dolor de garganta y sienten que no mejora después de una semana, no consideran que sea una infección, sino que llegan a pensar que es un cáncer».
Aunque no todos los pacientes tienen las mismas experiencias, algunos ejemplos de las situaciones que puede generar este trastorno es el de la persona que siente miedo al ver la comida porque se recuerda de una mala experiencia que le ocurrió en el pasado, cuando un bocado le quedó atascado en la garganta y cree que esto le volverá a ocurrir.
Otras personas pueden llegar a creer que un dolor en el pecho es un síntoma de infarto o un problema en los pulmones, cuando la causa podría ser la ansiedad.
Etapas del Trastorno de Ansiedad por Enfermedad
De acuerdo con Díaz, el TAE tiene diferentes etapas. La primera está relacionada con el desconocimiento, que es cuando la persona cree que tiene una afección y comenta lo que siente a sus familiares, busca información en internet y lo consulta con diferentes médicos para encontrar respuesta, pero se llevan la sorpresa que no hay nada en su organismo.
«A la familia le cuesta creerles porque no están enfermos de lo que dicen. Aunque es verdad que experimentan la sintomatología, generalmente se debe a otra enfermedad o condición de menor gravedad», detalla.
Si las personas no acuden donde un profesional de la psicología, en este período pueden aislarse de sus círculos sociales, evitando las reuniones familiares o con los compañeros de trabajo porque les da «pena» decir lo que sienten y, al mismo tiempo, por el «temor» a exponerse y contagiarse de algún virus, o porque consideran que pueden empeorar la enfermedad que creen tener.
Una segunda etapa es el descubrimiento, que es cuando un médico le aconseja evaluar su salud mental y lo refiere con un psicólogo y empieza a tener noción que no se trata de algo físico.
Los pacientes acuden donde el profesional porque dicen que esta situación está afectando su calidad de vida y se deterioran. El psicólogo hace el diagnóstico y explica al paciente lo que implica el TAE.
La tercera etapa se relaciona a la consciencia que la persona alcanza cuando entiende que debe acudir a una terapia y seguir el tratamiento que indique su psicólogo o psiquiatra.
Hay diversas Terapias para superar el TAE
El tratamiento puede durar entre cinco y seis meses, pero puede variar dependiendo del caso y del método que el profesional estime conveniente.
La psicóloga Díaz señala que la terapia que más utiliza se llama cognitiva-conductual y consiste en enseñarle al paciente a reconocer cuando hay pensamientos distorsionados en las situaciones que plantea, cuáles son los detonantes y las emociones y síntomas físicos que se derivan.
«En cada situación existen detonantes, por ejemplo, en la persona que siente que se va a atragantar cuando va a comer, el estímulo o detonante es la comida porque es un sinónimo de tragar y la emoción que esto provoca es el miedo a atorzonarse», explica Díaz.
Una vez que la persona logra identificar estos aspectos debe «racionalizar sus pensamientos» hasta entender que lo que siente no es real, y para lograrlo puede realizar diferentes técnicas que se aprenden en la psicoterapia.
Después de dos meses de iniciado el tratamiento, la profesional realiza una evaluación. «Si en ese periodo el paciente no ha mejorado nada es que hay una parte del cerebro que no está funcionando adecuadamente. Entonces, se refiere con el psiquiatra, para que le de fármacos (antidepresivos y ansiolíticos) que le ayuden a tranquilizarse y controlar sus pensamientos», dijo.
Agregó que «la mayoría de los pacientes mejoran con terapia psicológica, pero también hay que tener mucha voluntad para controlarlo porque el problema es que los pensamientos de este tipo se vuelven obsesivos».
Las personas que deseen consultar una situación de este tipo con la psicóloga Ada Díaz pueden agendar una cita llamando al 7752-4998.
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FACTORES QUE INCIDEN EN EL TRASTORNO DE ANSIEDAD
- Los padres eran sobreprotectores o se preocupaban mucho por la salud o las enfermedades.
- En el pasado, la persona tuvo una enfermedad grave o fue testigo de un familiar que sufrió o murió de un padecimiento físico.
- La alteración del sistema nervioso como consecuencia de la dificultad para expresar sus emociones durante la niñez.
- Relacionar la enfermedad con algún tipo de beneficio. Cuando están enfermas algunas personas reciben atenciones de parte de su familia o las exime de responsabilidades.
- Factores genéticos.
- El contexto social, como el de la pandemia por la COVID-19.
- Las personas necesitan respuestas inmediatas y buscan en internet fuentes que podrían no ser confiables hasta llegar a confundir más al paciente.
Aspectos que los psicólogos valoran para diagnosticar
Si existe una preocupación desmedida de estar enferma.
Verifican si la persona examina de forma excesiva el funcionamiento de su cuerpo y se enfoca en todo lo que pueda ser un síntoma de enfermedad e ignora todos los aspectos saludables.
Si tiene pensamientos distorsionados o negativos.
Si la calidad de vida se ve afectada por sus ideas y actitudes.
Técnica para racionalizar los pensamientos
Distracción: cuando identifica un detonante busque enfocar su atención en algo más para que el pensamiento distorsionado no interfiera en su rutina.
Posponer el pensamiento: significa enfocarse en la actividad que debe realizar para después poner atención en los pensamiento o emociones que la situación genera.