El Hospital Nacional de Niños Carlos Sáenz Herrera, de Costa Rica, mantiene una alta ocupación hospitalaria por casos de la COVID-19 y otras infecciones respiratorias; aunque se desconoce el registro diario por el hackeo del sistema digital desde marzo a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), la institución informó que la situación se detectó desde el 19 de agosto.
La directora general del centro médico, Olga Arguedas, detalló que dos de las cinco camas de la unidad de cuidados intensivos (uci) están ocupadas por menores que padecen de la COVID-19, al igual que 11 de las 12 camas destinadas a la hospitalización de pacientes graves por infecciones respiratorias.
En el área de pacientes moderados de la COVID-19 solo quedan seis camas disponibles de las 15 en total y el 90 % de las camas en los salones del departamento de Medicina, donde se atienden las infecciones respiratorias, están ocupadas.
Arguedas dijo que solo durante el fin de semana 40 niños procedentes de todo el territorio requirieron ser hospitalizados por infección respiratoria aguda grave.
«Estamos muy preocupados porque los casos que ingresan son cada vez más complejos. Además, en un rango de ocho días hemos recibido a dos recién nacidos de 21 y 15 días con COVID-19, urge que los padres de familia tomen acción», señaló Arguedas en un comunicado hace siete días.
Hasta el 11 de agosto, la CCSS indicó que desde el inicio de la pandemia 905 niños han sido hospitalizados por la COVID-19 en ese centro, de los que 149 han requerido atenciones en la uci y 18 han fallecido.
A raíz de la saturación de camas en el hospital de niños, el Congreso de Costa Rica aprobó el lunes interpelar a la ministra de Salud, Joselyn Chacón, además, de rendir cuentas por su desempeño para hacer frente a la COVID-19, la eliminación de la obligatoriedad de la vacunación desde el 3 de agosto, la disminución en la compra de dosis y el aumento de contagios.