La multinacional financiera JP Morgan reaccionó este miércoles al informe que emitió ayer la calificadora de riesgo Standard & Poor’s (S&P) Global Ratings, donde volvió a mejorar la nota crediticia de El Salvador llevándola a B-.
Según S&P, el cambio en la calificación se debe a las buenas perspectivas que ofrecen las recientes operaciones de gestiones de pasivos para la mitigación del riesgo de incumplimiento en los próximos dos años. En especial, la estrategia de reperfilamiento de deuda de corto plazo que anunció el Gobierno salvadoreño junto a bancos locales.
«Ayer S&P mejoró la calificación crediticia de El Salvador a B- desde CCC+, al considerar que las operaciones recientes de gestión de pasivos deberían mitigar el riesgo de incumplimiento en los próximos años», destaca JP Morgan en su análisis.
Asimismo, para la empresa de servicios financieros, el cambio en la nota de crédito soberano no sólo responde a los resultados de la gestión de deuda, sino también a esfuerzos realizados en diversas áreas desde la administración de Nayib Bukele.
«Para nosotros esto no es cuestión de suerte, sino más bien de un esfuerzo continuo en un puñado de áreas para mejorar la situación del país», destaca la firma internacional.
JP Morgan menciona, por ejemplo, la corrección fiscal que se ha hecho desde Hacienda, la cual, a su juicio, ha continuado a buen ritmo.
«Por ahora el país ha pasado de un enorme déficit primario (cerca del 6 %) a un superávit superior al 2 %», apunta.
Por otro lado, el banco señala que el país ha mantenido el dinamismo en varios sectores y que esa tendencia podría llevar al país a cerrar el 2023 con un 4 % de crecimiento.
«Además, el crecimiento ha sorprendido continuamente al alza y creemos que probablemente se estabilizará en alrededor del 4 % interanual en 2023. Esto plantea la pregunta de si el potencial del crecimiento, que estimamos en torno al 2 %, ha aumentado y creemos que hay motivos para pensar que así lo ha hecho», precisa.
A la vez, considera que las mejoras en las condiciones de seguridad en el país podrían conducir a ganancias sostenidas en el crecimiento de la producción. Además, prevé que los proyectos de infraestructura en diferentes sectores de la economía podrían ser beneficiosos.
Por último, resalta que la Inversión Extranjera Directa (IED) se está recuperando y podría impulsar la productividad.
«Estas dos tendencias, la disciplina fiscal y un mayor crecimiento, si se mantuvieran, implicaría que la sostenibilidad de la deuda sería más alcanzable, lo que reduciría aún más el riesgo crediticio en el país», concluye.