Casa del sol o Kaltunal es un espacio creado por artesanos con raíces indígenas y quienes además tienen por convicción el rescate de su cultura. La casa está ubicada en el centro de Panchimalco, cuna de costumbres y raíces indígenas que se preservan aún. En el lugar, esquina opuesta a la alcaldía, en el Parque Escultórico La Puerta del Sol, se imparten talleres y clases de dibujo, pintura, de artesanías en barro, así como elaboración de instrumentos musicales en barro.
El espacio también cuenta con una tienda de artesanos donde la mayoría de los productos están vinculados a la cultura ancestral.
Lo artesanal es prioridad y, por eso, también cuentan con un bar de dos marcas de vinos artesanales: Kuskatan, propio de Panchimalco, y El Nonualco, de Zacatecoluca.
Kaltunal promueve -y tiene a disposición- tours con una visión cultural y educativa sobre el indigenismo. Por ejemplo, programa visitas a los cuatro altares sagrados, con antiguas ceremonias dedicadas a la madre naturaleza.
Juan Carlos Carrillo, director explica que el lugar está conformado por artesanos indígenas que creen firmemente en no dejar morir sus orígenes. «Tenemos raíces indígenas y nacemos bajo la perspectiva del rescate cultural de esas raíces. Todos somos artesanos y productores quienes queremos que la gente se enamore de lo propio, de la cultura, que ha sido dañada».
Más de 15 personas colaboran en la administración de la casa, entre ellos cuatro maestros. De momento, se autofinancian y costean sus gastos con la venta de artesanías y vinos de la tienda.
Kaltunal es, además, un espacio abierto para que artistas puedan hacer exhibiciones pictóricas o escultóricas.
Dibujo, pintura y barro
Entre los visitantes (locales o extranjeros) hay una gran atracción por lo cálido del lugar, pero también por el conocimiento que atesora, como el de los silbatos hechos a mano y con barro, elaborados por el maestro Roberto Rubio.
Él conoce la técnica ancestral y crea silbatos que emiten sonidos específicos, como el del jaguar o el de la muerte.
Con su conocimiento se han logrado preservar estos instrumentos prehispánicos, donde la clave son las cámaras de resonancia.
Así, en la tienda de artesanos se encuentran silbatos de variadas formas y sonidos, pero los que más atraen son el de la muerte o el de sonidos múltiples que lleva una flauta (toda de barro y hecha a mano).
En Kaltunal todas las clases se imparten a grupos de 25 personas (desde los cinco años hasta los 17), los sábados de 9 a. m. hasta las 12 del mediodía y los martes de 2 a 5 p. m. Las clases se dan de manera simultánea, así que se rota a los asistentes para que puedan recibirlas todas.
Roberto Rubio enseña desde lo básico, que es moldear el barro hasta elaborar una flauta sencilla para apreciar las capacidades de los niños y jóvenes.
Héctor Andrés es maestro de dibujo y pintura. Explica que, incluso, ya han tenido alumnos de la tercera edad. Su enseñanza es en pintura acrílica, óleo, acuarela y con la consigna de dar libertad total al momento de la expresión artística.
«La intención es motivar al niño para que el arte le pueda llevar a cambiar su entorno y a ser mejor persona», comenta Juan Carlos Alfaro, otro de los maestros de pintura y dibujo. Juan Carlos Carrillo (el director) enseña música con instrumentos indígenas como tambores, pitos y sonajas.
Los artesanos esperan que este espacio se mantenga alimentando las tradiciones y la venta de productos artesanales, así como a disfrutar los tours preparados. Para más información puede llamar o escribir al 6422-1499.