Cumplieron la promesa. El técnico Rudis Gallo y su armada prometieron que irían por el trofeo de campeones y que se colgarían el oro en la primera edición de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Mar y Playa en Santa Marta y así lo hicieron. El Salvador se impuso 4-3 a Venezuela en un partido apretado y dramático que necesito de tiempo extra para sacar ganador.
Los pupilos del profesor Rudis Gallo empezaron con ritmo pausado, buscando primero administrar la pelota, controlar el partido y buscar el gol sin desbocarse, pero se encontraron de inicio con una Venezuela bien ordenada que no dejó espacio y eso obligó a utilizar el remate de larga distancia.
En ese apartado lo intentó el portero Eliodoro Portillo desde su propia portería, pero se estrelló con los guates de Robert Pérez, su colega bajo los palos de los llaneros.
El primer acto daba la impresión que acabaría 0-0, pero Leo Portillo cometió un yerro en la salida y luego intentó enmendar el error, pero acabó cometiendo penalti, y Carlos Norea no falló desde los 12 pasos para poner el 0-1 en favor de la vinotinto, justo en el cierre del episodio.
Reanudadas las acciones Jason Urbina hizo el 1-1 desde el tiro libre, y luego Andrés Osorio a falta de cinco minutos para cerrar el segundo periodo colocó el 2-1 de penalti, pero antes de llegar a la nueva pausa Fausto Escobar venció a Érick Nájera, que llegó para el segundo rollo y puso el 2-2.
En la bajada del telón Rafael Castellanos volvió a poner en ventaja a los venezolanos desde el tiro libre, pero Jason Urbina se mandó con una diana más para la Azul playera y decretó el 3-3.
Sobre el cierre de este acto, Eliodoro Portillo hizo una mala salida y terminó atropellando a Alberto Muñoz, que se paró frente al balón desde el penalti para hacerse justicia, pero en esta ocasión tapó Portillo el penalti y el contrarremate para salvar las ilusiones. Para entonces quedaban apenas dos minutos de juego y en adelante no se harían daño.

La paridad en el marcador obligó a jugar tres minutos extras y acá la armada de Rudis Gallo apedreó la meta del vinotinto, pero Robert Pérez voló para todos los lados y quitó todo, hasta que Óscar Cruz por fin pudo mandar un balón al fondo de la cabaña para el 4-3, y con eso alcanzó para cantar el alirón de campeones y ceñirse la medalla de oro sobre el pecho.