TOMO III – PARTEII
La capital salvadoreña tiene icónicos monumentos que recuerdan su nacimiento y evolución.
En el Archivo General de la Nacional, en el Palacio Nacional, también se conservan diferentes documentos sobre cómo la nueva nación se fue organizando con el nombramiento de autoridades locales.
En el libro «San Salvador, ciudad de 450 años», de Jorge Arias Gómez, se relata que, según Domingo Juarros, clérigo e historiador de la época, San Salvador fue fundada el 1.º de abril de 1528 por Diego de Alvarado, en cumplimiento a una orden de Jorge de Alvarado, quien en ese momento fungía como gobernador de Guatemala. Es así como la ciudad fue establecida en el sitio conocido como Ciudad Vieja.
En ese lugar, asieron la vara edilicia los alcaldes ordinarios Antonio de Salazar y Juan de Aguilar. El nombre de la ciudad recordaría la batalla que selló el sometimiento de los cuscatlecos, librada el 6 de agosto de 1526, día de la Transfiguración del Divino Salvador del Mundo.
San Salvador actualmente se encuentra sobre un valle que tiene un declive de occidente a oriente, que abarca desde la base del volcán de San Salvador hasta la cuenca del río Acelhuate. De norte a sur, su planicie es de 4,000 varas.
Durante la Colonia fue la primera ciudad de españoles que se fundó en el territorio nacional y, de hecho, se convirtió en una de las más importantes para la Capitanía General de Guatemala.
La vara edilicia
Es otro símbolo importante en la historia de la fundación de San Salvador. Representa no solo el mandato de la autoridad local, sino el trabajo y origen de sus ciudadanos. Originalmente, la vara edilicia se consideraba única porque estaba elaborada con una materia prima proveniente de la naturaleza: la madera. Está meticulosamente tallada con una serie de figuras y símbolos vinculados a la historia local y a personajes emblemáticos.
DIEGO DE HOLGUÍN
El conquistador y encomendero Diego de Holguín (1484-1569) se convirtió en el primer alcalde de San Salvador en 1525