Con una visión de acercar lo más posible la cultura a las comunidades, Carlos Sandoval, también conocido como Pizarrín, asumió el pasado 5 de octubre la dirección de la Casa de la Cultura de Soyapango.
«Este es un cubo cultural, como los que le gustan y está abriendo el señor presidente Nayib, pero no hacia dentro, sino hacia afuera. Si los niños no pueden venir, entonces nosotros vamos», comenta Sandoval.
El artista trabaja en el municipio como gestor y promotor cultural desde 2006, al principio para la municipalidad y ahora para la Casa de la Cultura.
Al frente del recinto está abriéndose espacio en las comunidades, con apoyo de sus líderes, para llevar talleres de ajedrez. En Ciudad Credisa, por ejemplo, ha contado con el apoyo del instituto nacional.
Lo mismo ha pasado en el barrio El Progreso, en un centro escolar, y en el reparto Monte María, en la casa comunal.
Los talleres están conformados por siete sesiones y el objetivo es crear escuelas de ajedrez con el apoyo de la federación.
Para esto, Sandoval espera contar con apoyo de mesas, sillas y tableros para que se instalen las escuelas en las comunidades.
Otro gran proyecto que ya está en desarrollo es la escuela de música en la parroquía Inmaculada Concepción, en la colonia 22 de Abril. Allí se atiende a 27 alumnos, quienes reciben teoría y práctica musical sobre instrumentos como guitarra, teclado, trompeta y flauta. Las clases son recibidas dos veces por semana, con una duración de dos horas cada una.
Sandoval señala que la meta es llegar a más comunidades con los talleres, incluso con festivales, porque hay mucho talento en Soyapango.
TALLER DE BALLET
Uno de los talleres que espera llevar a cabo es el de ballet. «Yo espero que la primera dama lo conozca para que apoye a nuestro Soyapango culturizado», dice.
A la fecha ya hay algunas jovencitas que pertenecieron al grupo de La Colmena, quienes eventualmente podrían ser instructoras. La idea es abrirlo para niñas de tres años en adelante. Adicionalmente, necesitarían barras y espejos, así como zapatillas.
«El soyapaneco es artista, pero lo hemos estigmatizado, y es lo que queremos cambiar por medio de la casa de la cultura y sus talleres y programas», destaca Sandoval.
Pizarrín, el payaso que nació con un circo en el corazón
Los talleres creativos, consistentes en llevar a muralistas a las colonias para que pinten en espacios abiertos mientras involucran a niños y jóvenes, forman parte de otra idea que espera desarrollar.
Para esto es necesario el apoyo de empresas de pintura y ejecutar esta actividad en varias colonias. Además, han desarrollado cine comunitario con apoyo de la pantalla y el proyector que les dio el Ministerio de Cultura.