Desde que tenía cuatro años, Wálter Avelar acompañaba a su madre a vender en las calles de San Salvador, ya que ella era quien llevaba el sustento a la familia.
Aunque Wálter no tuvo la oportunidad de estudiar una carrera universitaria, como lo hubiera querido, desde niño se interesó por aprender diseño y computación. «El manejo de la tecnología me interesó mucho desde pequeño, y me gustaba y llamaba la atención el tema de las computadoras, que aprendí de manera empírica», señaló.
Ahora Wálter cuenta con 39 años, está casado y desde hace varios años trabaja junto con su esposa, Iris González, vendiendo en las calles de San Salvador.
Durante la pandemia tuvieron la idea de elaborar mascarillas de tela, hicieron un esfuerzo económico y compraron una máquina de coser pequeña, que les sirvió para practicar, ya que ninguno de los dos sabía coser en ese momento. «El problema fue cuando las autoridades de salud indicaron que no se podían utilizar mascarillas de tela delgada. Entonces buscamos otra alternativa y empezamos a trabajar con fibra. Aquí fue donde se nos ocurrió estampar dibujos llamativos en cada cubrebocas», enfatizó.

Dentro de los diseños que Wálter y su esposa elaboran en las mascarillas están los dibujos del escudo de El Salvador, el rostro del presidente e imágenes de varias caricaturas, pero la mascarilla estrella que esta pareja comercia es la que lleva estampado el mentón del presidente Nayib Bukele. «Definitivamente es la que llama más la atención de los clientes y de todos los curiosos que ESTE EMPRENDEDOR HA RECIBIDO elogios cuando se coloca la mascarilla y la indumentaria que imita al presidente Nayib Bukele. Las vende frente al megacentro de vacunación. miran mi venta», explicó.
Además, de la mascarilla con el estampado del presidente, Wálter buscó una gorra y lentes para parecerse todavía más al presidente Bukele y, así, llamar la atención de los posibles compradores. «Hay personas que me tiran besos y me gritan ¡Nayib, te amo! y me piden fotos; hay otras que me insultan, pero así es esto. Yo he apoyado a Nayib Bukele desde que inició su campaña y vi todas las obras que estaba haciendo para El Salvador. Me siento orgulloso, la verdad, de todas las grandes obras que está haciendo», señaló.
La pareja de emprendedores se instala todos los días en las afueras del megacentro de vacunación del Hospital El Salvador para ofrecer sus mascarillas, que han alcanzado una gran aceptación entre las personas que llegan a este centro de vacunación y que transitan por la zona.
Iris, su esposa, dijo que está orgullosa de su esposo y de sus iniciativas para la venta, ya que de esta manera han podido ganar el alimento diario para llevarlo al hogar.
«Él es un hombre inteligente; cuando la pandemia nos agarró, no teníamos nada, es más yo ni sabía coser. Pero mi esposo me dio ánimos. Cuando me dijo que se iba a vestir de Nayib yo le dije ¡estás loco! Y él me respondió ¡ya vas a ver tu loco!», comentó González.
