Esta iniciativa, que tiene como objetivo acabar con la competencia por impuestos a la baja entre países y el uso de paraísos fiscales por parte de las empresas, estará en la agenda de los ministros de Finanzas del G20 cuando se reúnan virtualmente el miércoles, y el grupo podría dar a conocer una propuesta en julio.
La idea ha sido promovida por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), pero recibió un nuevo impulso esta semana cuando la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, aseguró que buscaría un acuerdo en el G20.
«Juntos podemos usar este impuesto mínimo global para asegurarnos de que la economía prospere sobre la base de una mayor igualdad de condiciones de tributación para las empresas multinacionales», señaló el lunes Yellen.
Esta armonización fiscal, destinada a imponer un mínimo gravamen a las empresas independientemente del país donde se encuentren, buscaría evitar que las empresas eludan impuestos estableciendo sedes en países con tasas más bajas, una práctica frecuente entre las firmas de tecnología que drena recursos de las arcas gubernamentales.