Los estudios más recientes sobre la efectividad de la vacuna contra la COVID-19 han mostrado que la tercera dosis incrementa considerablemente la protección ante los síntomas graves de la infección, la hospitalización y la muerte.
Los estudios han incluido el análisis de la variante ómicron, la cual presenta muchas modificaciones en su secuencia de aminoácidos. En ese sentido, el «booster», o la dosis de refuerzo, permite mejorar el panorama sombrío, aseguró el doctor Víctor Romanowski, investigador superior del Instituto de Biotecnología y Biología Molecular del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, de la Universidad Nacional de La Plata. El especialista explicó que, a medida pasa el tiempo, la efectividad de las primeras dos dosis suele bajar hasta en un 60 %, pero incrementa nuevamente si se aplica la dosis de refuerzo.
«Dos dosis son protectoras, pero bajan rápidamente. Con tres dosis subimos la protección a un 93 % a los dos meses, y después de ese tiempo la protección se mantiene en un 86 % frente a la variante delta. Además, las tres dosis dan una efectividad de la vacuna del 93 % ante el riesgo de hospitalización», aseguró el doctor Romanowski durante un webinario del Instituto Nacional de Salud (INS).
El estudio de la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido muestra resultados de la protección a lo largo de 25 semanas. Según indican, baja la efectividad para ómicron con las dos primeras vacunas; sin embargo, con la tercera dosis con vacuna ARN mensajero se obtienen mejores resultados.
En relación con otro estudio independiente que analiza la variante ómicron, se muestra que las personas infectadas tienen poca protección con dos dosis, pero al aplicar tres dosis se eleva de manera importante.
«Tres dosis de vacuna inactivada indujeron la producción de clones de células B de memoria, que tienen una potencia muy alta frente a las cinco variantes de preocupación, que son alfa, beta, gamma, delta y ómicron», señaló Romanowski, quien también es vicepresidente de la Sociedad Argentina de Virología.
Los virus son paquetes de información genética que ingresan a las células y usan su maquinaria para fabricar copias de sí mismos. Las vacunas utilizan el propio coronavirus o algunas de sus partes para entrenar el sistema inmune.
Por lo tanto, la inmunización de las personas tiene como objetivo interferir con la interacción del virus y la célula; eso ocurre si se producen anticuerpos que se unen a la proteína S y no le permiten interactuar con el receptor. Además, la inmunización se complementa con la destrucción de las células infectadas. Por lo tanto, a escala internacional ya desarrollan estudios sobre las vacunas nasales, orales y universales, que permitirían una protección ante todas las variantes del coronavirus.
Pero igual de importante que los avances en los fármacos es que la población se vacune, ya que los resultados de los estudios presentan menor protección ante la enfermedad si la persona no ha sido vacunada.
En ese sentido, el doctor enfatizó en que se deben mantener los cuidados necesarios, ya que el levantamiento de las medidas sanitarias puede generar incremento de casos y hospitalizaciones, como sucedió en Inglaterra.