Al menos desde que tenemos registro, en la elección del 28F se dio la más alta participación juvenil de la historia. El 80 % del total de los votantes fueron jóvenes. Se rompió así la tendencia que indicaba que las generaciones menores no se sentían motivadas a expresar con el voto sus preferencias políticas.
Desde el nacimiento de Nuevas Ideas destacamos el valor trascendental de la participación juvenil plena en la política para dar comienzo a un nuevo ciclo en la vida de El Salvador. Decíamos y decimos que la juventud no es el futuro del país. La juventud es el presente, porque el futuro no existe si no se lo construye desde el hoy. Y de esa manera los jóvenes poblaron las filas de nuestro movimiento y, consecuentemente, conformaron más del 80 % de las listas electorales.
El resultado del 28F es la expresión de la decisión de las nuevas generaciones de acabar con el oscuro pasado que nos gobernó durante más de cuatro décadas y poner la página en blanco para comenzar a escribir la nueva historia de nuestro país.
La participación juvenil en la Asamblea, con diputados menores de 35 años, será decisiva, pues esos jóvenes representan el ideal que Nayib Bukele ha impreso a nuestro partido.
Veamos quiénes son esos jóvenes electos que nos representarán desde el grupo parlamentario joven:
Elisa Rosales, Dennis Salinas, Dania González, Suecy Callejas, Alexia Rivas, Rodrigo Ayala, Francisco Villatoro, Aronette Mencía, Rubén Flores, Leonel Uceda, Rebeca Santos, Salvador Chacón, Érick García, Felipe Interiano, Lorena Fuentes, Giovanny Zaldaña, Eduardo Amaya, Caleb Navarro, Suni Cedillos, Héctor Sales, Mauricio Ortiz, Raúl Chamagua, Saul Mancía, Marcela Pineda, Estuardo Rodríguez, William Soriano, Jónathan Hernández, Xiomara Molina, Juan Rodríguez, Édgar Fuentes y José García.
Además, quiero destacar el esfuerzo del Gobierno para dar una computadora e internet gratis a cada estudiante. La trascendencia de esta iniciativa, que se está llevando a cabo en todo el territorio nacional, no ha sido dimensionada aún totalmente A los gobiernos anteriores se les llenaba la boca hablando de la importancia de la educación, siempre enfocada en la juventud salvadoreña; sin embargo, nuestro sistema educativo era a todas luces deficiente, antiguo, desacompasado de los tiempos que vivimos.
Una computadora en manos de un niño o de un adolescente es una fuente de aprendizaje, motivación e impulso a la creatividad. Ello, junto con el programa Mi Nueva Escuela, va a revolucionar el sistema educativo para adecuarlo a la nueva era, la nueva historia que ha comenzado a vivir nuestro pueblo salvadoreño.
Con estas herramientas, El Salvador podrá ser una vanguardia porque —una vez más— serán los jóvenes y adolescentes mejor formados y capacitados quienes llevarán al país hacia el cumplimiento de los sueños que durante décadas fueron frustrados.
Ahora, con la nueva Asamblea Legislativa, decenas y decenas de alcaldías conducidas por jóvenes de Nuevas Ideas impulsarán la renovación de la política y de la gobernabilidad salvadoreña. Y entonces, de la mano y con la conducción del presidente Nayib Bukele, el país —¡al fin!— marchará definitivamente hacia su plena realización. Es un proyecto político que trascenderá para las próximas generaciones.