Irma Elena López de Sánchez decidió ser enfermera cuando veía la serie de televisión «Candy Candy», un anime de los años ochenta. Así lo explica su madre, Ana Évelyn, quien trató de persuadirla para que estudiara Medicina, pero ella se decidió por la Enfermería y ahora es supervisora de la unidad de cuidados intensivos y cuidados intermedios en la Unidad de Emergencias del Hospital El Salvador, donde se atiende a los pacientes con COVID-19.
López es una de las madres que están en primera línea contra la pandemia. A los 33 años se convirtió en mamá de un varón prematuro, quien ha sido «la mayor alegría» de su vida, asegura. Agrega que su hijo, ahora de 12 años, y tuvo que ser enviado a Santa María Ostuma durante seis meses mientras ella atendía a los pacientes en medio de lo más fuerte de la emergencia sanitaria en 2020.
Fueron días difíciles, en los que López vio muchos muertos, incluyendo a personal médico —amigos y compañeros—. Su mayor temor siempre fue llevar el virus a casa y contagiar a sus padres, pero todo lo superó con fe y oraciones, y cumpliendo los estrictos protocolos.