Visitar el Mondongo Mary se ha convertido en una tradición para los migueleños, donde ofrecen variedad de sopas y carnes con el original sabor de oriente. En el lugar laboran 20 personas y este exitoso negocio familiar nació en el portón de una casa en la colonia Jardines del Volcán en 1998, por iniciativa de María de los Ángeles Torres Villarreal.
María de los Ángeles cuenta que estudió hasta noveno grado y que tiene dos hijas. Para mejorar los ingresos económicos del hogar instaló una pequeña tienda en su casa, pero por las tardes en el portón vendía típicos y los fines de semana ofrecía a los vecinos sopa de mondongo.
En 2007 llegó la oportunidad de rentar un local en el barrio El Calvario, esto le permitió que su negocio se diera a conocer y en 2011 se trasladó a la entrada de la colonia Palo Blanco, donde estuvo hasta 2018 debido a que el lugar cambió de propietario.
Sin embargo, la suerte le sonrió y con un poco de esfuerzo consiguió que le rentaran un predio frente al redondel ex Leones ahora Monseñor Óscar Romero, donde el negocio se ha convertido en un referente de la comida migueleña.
Para María, la jornada comienza a las 2 de la madrugada y finaliza a las 3 de la tarde. Ese horario es de todos los días y reconoce que se siente cansada a sus 52 años, pero sostiene que su principal motor para continuar con la faena son sus dos hijas.
«Esto inició siempre por la lucha por mis hijas, por darles lo mejor, porque siempre he querido que mis hijas sean alguien en la vida y para cuando yo muera dejarles lo mejor a ellas, pues por la edad que tienen mi lucha siempre será por mis hijas» asegura.
El esfuerzo de María ha dado frutos, ambas son abogadas de la república, además la menor estudió para chef y la mayor continúa estudios de administración con miras a hacer crecer el negocio que un día su madre inició en las afueras de su casa.
«Cuando comencé en Jardines del Volcán, la mayor me ayudaba con el perol. Me acuerdo que en la noche, cuando me disponía a cocer la tripa, ella me ayudaba, tenía como siete años, no podía bajar el perol, le costaba, lo llevaba arrastrado porque era grande», comenta.
Ahora cuenta con el apoyo de 13 personas en el área de cocina y siete meseros.
Esta madre migueleña asegura que el camino recorrido ha sido cuesta arriba, pero ha aprendido a ver las adversidades como oportunidades.
«Siempre he luchado, porque no es fácil luchar uno solo como mujer, me ha costado, buscando créditos por un lado, por otro, pero siempre he encontrado apoyo y de la mano de Dios, con el corazón, siempre uno sale adelante. He salido adelante y siempre me salen las cosas», concluyó María.