Como la llegada de la Navidad las calles de nuestro país se llenan de colorido, alegría, reuniones familiares y sociales, y también llegan los regalos. Sin embargo, a pesar de ser una temporada que lo tiene todo para disfrutar, muchas personas pueden llegar a experimentar varios sentimientos y no precisamente positivos.
Es muy usual que, en estas fechas, tú ya hayas escuchado a más de una persona decir: “la navidad me pone melancólica”. Y es que esa sensación es más común de lo que imaginamos y un buen número de personas lo pueden experimentar.
Así lo explica la psicóloga Katherine Campos, quien describe la melancolía navideña como una mezcla de sentimientos profundos que detonan ansiedad por el hecho de no saber afrontar la emotividad propia de la temporada.
La experta señala que la fecha, al ser culturalmente emocional y donde todo aparenta ser felicidad, en ocasiones puede resultar chocante para alguien que no ha podido superar algunas situaciones como duelos o pérdidas, entre otras situaciones
«Es una sensación de ansiedad que se presenta en aquellos días previos al día de Navidad, en los que a las personas les da miedo confrontar ese momento, las emociones de ese día. Saber que no hay alguien, un duelo, una pérdida, todos esos sentimientos y temores que vengo evitando desde hace tiempo y que ese día se ven reflejados por lo emotiva que es la Navidad».
En ese sentido, la Navidad es capaz de remover varios aspectos de nuestra mente y devolver aquellas fantasías, anhelos y temores que a veces se encuentran en lo más profundo de nuestro ser, como es el caso de los duelos.
La fecha, al ser propicia para el reencuentro de las familias, permite que se haga presente la pérdida de las personas y familiares que se amaron, y que por motivos de la vida ya no se encuentran cerca, lo que podría ocasionar la añoranza del tiempo y los buenos momentos pasados.
Campos agrega que los duelos no solo se limitan a la muerte de seres queridos sino también a cualquier otra pérdida como podría ser el caso de noviazgos, sueños y metas que no fueron alcanzados, pero que de igual manera pueden reabrirse en esta época, especialmente aquellos que no se cerraron adecuadamente.
«Para el adulto es complicado porque hay muchos duelos que no se cierran. Por ejemplo, hoy en pandemia hay muchas personas de las que no nos hemos podido despedir físicamente ni hacerles un tributo físico de despido y esto puede provocar síntomas depresivos. Entonces, lógicamente, estos son duelos no superados, duelos no vividos. Esto causa mucho miedo al momento y la persona ya entra con ansiedad, empiezan a analizar todo lo que se ha vivido en el año o se comienzan a comparar de por qué no pudo alcanzar sus objetivos. Por lo tanto, todos esos cierres no vividos hacen que podamos sentir nostalgia en Navidad», comenta.

¿Por qué nos pasa esto?
Para la psicóloga, la melancolía navideña tiene que ver en gran parte con los recuerdos, con el anhelo de la propia Navidad y con las experiencias, aquellas que una vez nos gustaron y nos hicieron sentir que el mundo era un lugar mágico.
Es decir, si experimentamos situaciones agradables hay menos posibilidad de experimentar sentimientos incómodos a raíz de esta fecha. Por el contrario, si tuvimos experiencias infelices, se volverá a sufrir una cierta tristeza, ya que la repetición de este sentimiento es un mecanismo psicológico cuyo objetivo es desgastar las emociones que nos quedaron dentro y que no pudieron ser expresadas de forma adecuada.
«Todo eso radica en nuestro estado de ánimo y con los recuerdos que tenemos de la Navidad cuando éramos niños. Recordamos una fecha genial y tal vez de adulto ya no es así. Por ejemplo, nos encontramos solos, en otro país, en otros proyectos, etc. Recordemos que los niños disfrutan más estas fiestas porque los niños no tienen deudas, problemas, estudios no logrados y todas esas cosas que los adultos sí, entonces, no nos sentimos preparados para recibir una fecha tan especial porque guardamos los recuerdos que antes no era así», afirma Campos
En ese sentido, es importante considerar que la forma en que hayamos vivido estas fechas en nuestra infancia es clave para poder disfrutar de esta fiesta de una forma sana y sin sentimientos que atormenten nuestra mente.
TIPS PARA DISFRUTAR LA NAVIDAD
Es importante considerar que, para no caer en un trastorno patológico, por no superar situaciones en las que se arrastra una serie de conflictos, es necesario tomar algunas medidas. A continuación, presentamos cinco tips que podría ayudar a disfrutar mejor la época.
- Comenzar a considerar la ayuda psicológica buscando apoyo en amigos y familiares.
- Evitar lugares o personas que hacen sentir peor. Hay que reconocer que no es obligación que por estar en Navidad se debe de compartir con personas que nos hacen sentir incómodos.
- Evitar ver fotografías de la infancia o de recuerdos que sabemos que van a dañarnos. Es importante enfocarnos en que la Navidad es para disfrutarla uno mismo.
- Pedir perdón a las personas con las que hemos fallado y dejar el orgullo atrás. Aquellas situaciones que no se han sabido abordar o valorar es importante solucionarlas.
- Tratar de romper el hielo y hacer conversaciones amenas. Es importante dejar de ser esa persona tímida, que no habla y, por el contrario, buscar momentos para integrarse.