El amor por la naturaleza y la diversidad de las especies motivó a Daniela Mejía a involucrarse en este proyecto, en el que ejecuta acciones que aportan a la preservación del medioambiente. La joven tiene 23 años y viaja tres veces a la semana de San Salvador al municipio de San Pedro Nonualco, en La Paz, una distancia estimada de 67 kilómetros.
Además, camina aproximadamente una hora para llegar a las cinco manzanas de terreno en las que se encuentran los animales.
Una vez está en el lugar, verifica que los bebederos de piedra tengan agua, revisa las cámaras-trampa y siembra árboles frutales para que las especies se puedan alimentar.
«Realmente mi conexión y amor por la naturaleza siempre han estado, pero ya que adquirimos el lugar y al ver la flora y la fauna que habitan en él, decidí involucrarme. Invito a otros jóvenes a hacer la lucha desde nuestro territorio para cuidar la fauna», comentó.
Añadió que también colabora en campañas de reforestación y limpieza en la zona.
Además, se encarga de colocar en puntos estratégicos los aparatos para captar cuando los animales circulan por el lugar.
Asimismo, destacó que gracias al esfuerzo del grupo desde la puesta en marcha del Proyecto Iyulutepec instituciones como el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) se han sumado a las acciones, pues han sembrado 1,000 árboles en las cinco manzanas.