Entre la fauna salvadoreña hay muchos animales que difícilmente se dejan ver ante la presencia de los humanos, pero hay momentos en los que salen y son captados por sistemas de monitoreo y vigilancia. Tal es el caso del cerro Nahuistepeque, en el municipio de San Pedro Nonualco, en La Paz, donde al menos 10 especies habitan cinco manzanas de terreno.
En este lugar, un grupo de 20 personas contribuye a restaurar y garantizar la preservación del medioambiente con el Proyecto Iyulutepec, cuyo significado es «corazón de la montaña» o «corazón del cerro».
De acuerdo con Marvin Recinos, encargado del proyecto, desde hace tres años se enfocaron en limpiar la maleza, reforestar el terreno y sembrar árboles frutales y maderables. «La idea nace al ver la necesidad de que el bosque de la zona se está deteriorando. Este lugar era muy conocido porque se incendiaba constantemente», comentó.
Añadió que lo que más les preocupa es «la extracción de madera porque ha afectado el área boscosa. Cuando nosotros empezamos el proyecto nos dimos cuenta de la riqueza silvestre que hay, por lo que decidimos monitorear [a las especies] con cámaras-trampa para no ser tan invasivos».
Recinos dijo que de esa manera evitan la presencia de personas que incendiaban el terreno y mataban a los animales. Diez cámaras-trampa fueron instaladas en puntos estratégicos para registrar la diversidad de animales, cuya subsistencia depende del cuidado de esa área verde.
Entre los animales captados por los aparatos están cotuzas, ratones, tepezcuintles, yaguarundí, esta última es una especie de leoncillo o león breñero, el macho mide entre 62 y 83 centímetros y la hembra, 43 y 66 centímetros.
Asimismo, han sido filmados coyotes, zorros, osos hormigueros, puercoespines y mapaches. Algunos lugareños comentaron que también han visto coatíes. Estos animales se caracterizan por el pelaje de su cola en forma de círculos blancos y negros.
Los habitantes aseguraron que en años anteriores los animales abandonaban el lugar, ya que buscaban agua y alimentos, por lo que muchos fueron arrollados por conductores que circulaban en la carretera. «Al darse cuenta de la riqueza natural, uno se enfoca en la restauración y la preservación. La idea principal es darle un hogar a las especies nativas para que tengan donde llevar a cabo su vida sin tener que salir y sin que sean amenazadas por el humano», expuso Recinos.
BEBEDEROS REDUJERON LA MUERTE DE ANIMALES
Durante la época seca, el grupo instaló bebederos de piedra para que los animales no crucen la carretera.
«Hemos monitoreado los bebederos y hemos visto que la cantidad de animales que llegan es sumamente grande, definitivamente hay una disminución de la muerte de animales», aseguró Recinos.
Hasta hace unos meses eran recurrentes las escenas diarias de animales muertos en la calle. La mayoría eran serpientes y zorros.
Según Recinos, el resto de los ciudadanos debe tomar conciencia para evitar la muerte de animales, ya que dejan su entorno natural para buscar alimento.
«Es un problema que nos compete a todos. Tenemos la responsabilidad de llevar a cabo acciones para minimizar el desastre natural. Como ciudadanos no nos podemos quedar atrás», dijo.