La onicofagia es un hábito compulsivo derivado de la ansiedad. La persona que lo sufre lo manifiesta comiéndose las uñas. La mayoría de la población más de alguna vez en su vida lo ha experimentado.
De acuerdo con la psicóloga Bessy Navarro existen diversas causas por las que se puede llegar a padecer de onicofagia. Dentro de ellas se encuentran los cambios drásticos y el mal manejo de las emociones.
Algunos adultos lo exteriorizan al estar nerviosos o en momentos de angustia, por ejemplo, un proceso de duelo o divorcio. En el caso de los niños puede surgir en momentos como la separación de sus padres o la violencia intrafamiliar.
«Algunos momentos donde se puede presentar este hábito es cuando la persona se va a someter a un examen o alguna entrevista de trabajo. También se puede dar en un momento obsesivo donde el comerse las uñas es para bajar su nivel de ansiedad», dijo.
Explicó que las personas tímidas tienden a preocuparse y los perfeccionistas son obsesivos y en ambos casos se puede padecer onicofagia.
No hay una edad establecida para adoptar el hábito. Hay casos en los que los niños pueden observar a un adulto que lo realiza, ya sea de la familia o su entorno, y él lo quiere repetir.
Navarro detalló que el morderse las uñas puede ser sustituido por otros tipos de conductas como morder el bolígrafo, arrancarse el cabello, fumar, beber, mover las piernas o tocarse el pelo constantemente.
«Las personas que padecen este hábito, morderse las uñas, lo hacen de manera inconsciente e incontrolada. Todas las personas que se comen las uñas de manera compulsiva reconocen que no pueden controlarlo», dijo.
La especialista apuntó que existen niveles de afectación, según cada persona.
«Puede ser físico, por el daño en los dedos, y emocional, porque las personas que padecen de onicofagia no lo pueden controlar. Esto no lo hacen porque tienen el deseo de comerse las uñas sino más bien no se procesa algo de una manera adecuada», agregó.
El mismo hábito también puede desencadenar un daño psicológico por la mala apariencia de los dedos y uñas.
La ansiedad
La Asociación Americana de Psiquiatría incluyó la onicofagia dentro los trastornos de tipo obsesivo-compulsivo, porque está relacionada CON los altos niveles de ansiedad, es decir, detrás del hábito hay un nivel ansioso que la persona no puede manejar.
Desde la Psicología, la onicofagia se maneja a través de terapias psicológicas, que permiten al paciente modificar la conducta.
«Las terapias se pueden brindar en pequeño cuando se observa el hábito y se ha tratado de erradicar, pero no ha habido resultado. En este proceso se trata de controlar el trasfondo del nivel ansioso de las personas y estudiar si ha pasado las posibles causas, las cuales han sido el detonante para que se padezca de onicofagia», dijo.
La psicóloga indicó que en el caso de los adultos es necesario que conozcan las causas de su problema y así conducirlos a un punto de solucionarlas.
Durante la terapia lo que se trabaja es el nivel de ansiedad. La persona aprende a manejar las crisis y con el avance comprenden que no es necesario morderse las uñas.
Para evitar la onicofagia es necesario mejorar el entorno de la persona, por ejemplo, que no conozca o esté cercano a una persona que padezca del mismo hábito y desde la infancia debe saber cómo manejar de una manera adecuada sus emociones y situaciones.
«Todo inicia desde la etapa temprana. Desde la infancia se puede ayudar a gestionar y manejar las emociones para así tener un niño que podrá enfrentar ciertas situaciones. Esto no quiere decir que puede haber un nivel de afectación con los problemas o situaciones que surjan, pero evitará desarrollar el hábito», dijo.
En cuanto a las consecuencias de padecer de onicofagia, Navarro detalló que hay múltiples lesiones físicas como problemas en la dentadura (si la práctica viene desde la infancia), deformación de la cutícula, formación de verrugas, infecciones, elevación de los bordes laterales de los dedos, afectaciones por hongos y bacterias.
Hay que tomar en cuenta que cuando los casos son muy graves se puede llegar a perder la uña y esto puede volverse más traumático para el paciente.
Cabe recalcar que este hábito, que se puede desarrollar a cualquier edad, es controlable con la ayuda de un profesional y un proceso psicológico.
«Es necesario asistir donde un especialista cuando la persona realiza el hábito de manera constante durante un período de tiempo y que ya se haya intentado varias cosas para erradicarlo y no se haya logrado o cuando ya se ven afectaciones físicas notorias», señaló.
Para agendar una cita con la especialista puedes llamar al 2519-4375 o escribir al 7460-5056. Las sesiones pueden ser presenciales o en línea. La clínica está ubicada en la calle El mirador, entre la 91. a y 93. a avenida norte N. o 4, Colonia Escalón, S. S.
Consecuencias de la condición
Lesiones en las cutículas y en la piel del dedo que facilitan la infección por hongos y bacterias.
• Deformación en las uñas, en los dedos y la piel, algo que afecta a la estética.
• Incremento de las posibilidades de padecer problemas gastrointestinales.
• Dificultad al llevar a cabo actividades como escribir, dibujar o tocar un instrumento.
ESTRATEGIAS PARA CONTROLAR EL HÁBITO
• Identificación del origen: es importante identificar las causas subyacentes del hábito de morderse las uñas.
• Autocontrol: las técnicas de relajación como la meditación, el yoga o la respiración profunda pueden ayudar a reducir los niveles de estrés y ansiedad.
• Acciones: la terapia cognitivo-conductual (TCC) se centra en cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento que pueden estar contribuyendo a la onicofagia.
CÓMO HACER CRECER LAS UÑAS MORDIDAS
- Procura llevar las uñas siempre bien limadas para que no hayan bordes que sobresalgan y te inciten a morderlos.
- Masticar chicle o tener entre las manos una pelota antiestrés también te ayudará a mantenerte ocupado y evitar el impulso de morderte las uñas.
- Usa esmaltes transparentes de sabores amargos ayudarán a las personas que quieren deshacerse de este hábito.
- Pídele a las personas de tu entorno que te avisen de que estás mordiéndote las uñas para dejar de hacerlo, pues es probable que en muchos momentos lo hagas sin darte cuenta.