Este día, el amor y la amistad, las flores y los chocolates, se encuentran con las cenizas de otra festividad que comenzó desde el siglo III en el cristianismo, y es que, este año, el Día de San Valentín y el Miércoles de Ceniza se encontraron en el mismo día del calendario, el 14 de febrero, pero… ¿Por qué se dio esta casualidad?
Si bien el Día de San Valentín, que celebra el amor y la amistad, pero más marcado por festejar el amor en pareja, se celebra cada 14 de febrero, por otra parte, el Miércoles de Ceniza, que se conmemora con un solemne de ayuno y reflexión, y que marca el inicio de la temporada de penitencia en el cristianismo, no tiene una fecha fija en el calendario, ya que está ligada al Domingo de Pascua.
Este año, dicha fecha anteriormente mencionada se celebrará el próximo 31 de marzo, por lo tanto, el Miércoles de Ceniza, que se festeja seis semanas antes, ha encontrado su día en el calendario en el 14 de febrero, en San Valentín.
La Pascua, es una festividad que se celebra entre el 22 de marzo y el 25 de abril, según lo indica un cálculo en el calendario lunar.
«La Pascua se celebra el primer domingo después de la luna llena pascual, que es la primera luna llena que ocurre durante o después del equinoccio de primavera (21 de marzo). Para encontrar la fecha del Miércoles de Ceniza, retrocedemos seis semanas, lo que lleva al Primer Domingo de Cuaresma, y cuatro días antes es el Miércoles de Ceniza», así lo explicó la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.
Si bien el Día de San Valentín se caracteriza por obsequiar flores, peluches y chocolates, ir a cenar e intercambiar muestras de afecto, el Miércoles de Ceniza, por otro lado, es un día para reflexionar, que va acompañado del ayuno y la abstinencia, y que se simboliza con la marca de una cruz hecha de cenizas, obtenida en el servicio religioso que se acostumbra a celebrar cada año en el calendario litúrgico.
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