El insomnio afecta entre el 10%-50% de la población de todo el mundo, de acuerdo con un estudio publicado en Journal of Family Medicine and Primary Care. Muchas personas se despiertan en la madrugada, y no pueden volver a conciliar el sueño, dan vueltas en la cama, y ya es muy temprano para levantarse, y muy tarde para volver a dormir.
Esto, lo define la Academia de Medicina del Sueño estadounidense (AASM) como «dificultad persistente con el inicio, la duración, la consolidación o la calidad del sueño», informa el medio El Diario, de España.
Este periódico también informa sobre los tipos de insomnio, los cuales se establecerían en dos clasificaciones:
El insomnio inicial, en referencia para aquellas personas que no pueden relajarse en la cama, y que su ritmo circadiano, (algo que puede ser definido como una especia de reloj biológico interno), no se encuentra sincronizado debido a las exigencias y actividades del día.
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Y también el insomnio para mantener el sueño, el cual afecta a las personas que no pueden volver a quedarse dormidas, tras haberlo hecho ya anteriormente, y cuyos efectos son comunes en «personas mayores, personas que consumen alcohol, cafeína y en el caso de ciertos trastornos como la apnea del sueño».
Para este tipo de situaciones, la National Sleep Foundation realiza cuatro recomendaciones a seguir para poder afrontar el insomnio:
En primero lugar, recomienda no ver el reloj, debido a que si las personas se quedan viendo cuánto falta para que llegue la mañana, esto podría causarles ansiedad y estrés, cortando automáticamente el sueño.
El insomnio es causado también por los pensamientos y las preocupaciones, así que, pese a que la recomendación parezca obvia, y al menos tiempo difícil de seguir, lo mejor es tratar de relajarse y no pesar en las preocupaciones, en los problemas, en las cosas que se deben hacer el día siguiente. Muchas veces, se aprovechan los momentos justo antes de ir a dormir para pensar en todas estas cosas. Algunos de los pasos que siguen muchas personas para poder volver a dormir son: cerrar los ojos y respirar lentamente; concentrarse en la cara y pensar en relajar distintos músculos, tales como ojos, boca; relajar cuello y hombros e ir bajando la relajación de los músculos hasta llegar a los pies.
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Aunque parezca ilógico, la National Sleep Foundation también recomienda que, en caso de perder el sueño, y permanecer despierto en la cama al menos 30 minutos, lo mejores es levantarse. Algunas personas también hacen otras actividades relajantes, como leer o escuchar música tranquila, y cuando el sueño vuelva, regresar a la cama. Sobre todo, recomiendan no ver ninguna pantalla en ese lapso de tiempo ni mucho menos antes de dormir, debido a que la luz de estos dispositivos puede alterar el cerebro.
Por último, recomienda mantener una rutina de sueño, es decir, despertarse y dormir a la misma hora todos los días, con el objetivo que el reloj biológico interno se adapte a un sueño más regular. De igual manera, recomienda no hacer ejercicio antes de ir a dormir, o al menos hacerlo tres horas antes, y también evitar las comidas pesadas cerca de la hora de sueño.