Sentir conexión con alguien que también corresponde, comenzar a hablar por teléfono a cualquier hora del día, salir a comer o compartir tiempo libre puede ser el inicio de una relación de noviazgo, pero a veces esa relación no se llega a completar y se termina en una situación que nunca tuvo nombre pero que las dos personas casi fueron de todo.
«Son conocidas como casi algo, y se trata de relaciones interpersonales donde hay un intercambio de afecto, atención, cariño, placer; pero que se caracteriza por la falta de compromiso», explica la psicóloga clínica y catedrática universitaria, Cindy Durán.
Una de las características que puede manifestarse en este tipo de vinculo es que siempre habrá una persona interesada en concretar la relación y ponerle un nombre, mientras que la otra solo busca llenar un vacío sin responsabilidad afectiva.
«Podríamos decir que un casi algo no pasa a ser una relación formal porque de parte de uno siempre hay falta de compromiso o porque no quiere comprometerse con esa persona y cuando la otra empieza a hacer presión es muy probable que la abandone o que le diga “te dije que yo no buscaba compromiso”. Aquí también entran en juego los tipos de apego de las personas que solo buscan llenar sus carencias afectivas por medio de la atención, el reconocimiento y la validación, o puede que en ese momento la persona esté vulnerable», manifiesta Durán.
Cuando se termina la relación de un «casi algo», las personas piensan que será fácil de superar ya que como no eran nada no hay razón para sentirse mal; pero, que dicha conexión no tenga un nombre que la defina no significa que no haya sentimientos de por medio.
«Cuando una persona nos empieza a dar amor, atención y hay reciprocidad la mente dice es una relación, aunque en ese momento no exista un compromiso. La mente empieza a funcionar, a procesar y a sentir como una relación. Cuando vemos que algo ya no sucede o no se dio como esperábamos se experimenta un duelo exactamente igual como si se hubiera terminado una relación de pareja», agrega.
¿Cuándo parar?
Antes de iniciar cualquier relación, la especialista recomienda que haya una comunicación fluida y sincera donde cada uno de las partes exponga qué quiere y qué busca.
«Si se pudiera medir en tiempo, creo, que a los seis meses tú ya deberías saber hacia dónde va esa relación. No hay que tener miedo a hablar, saber cuáles son los intereses de la otra persona y ver si están en sintonía con mis propios intereses; aunque la persona me parezca muy atractiva y me la pasé muy bien, pero no hay ninguna dirección, es momento de hablar», indica.
Por qué los «casi algo» duelen más
La experta detalla que cuando hay una relación de novios esta se desarrolla en etapas. La primera es el romanticismo, el enamoramiento, conocerse y descubrir cosas bonitas que pueden realizarse en conjunto. Pasada esta etapa se llega a otra donde se comienza a ver los defectos de las personas y no tanto a idealizarla; posteriormente viene la estabilidad afectiva y por último viene el amor más maduro o estable donde ambos han logrado superar periodos de altas y bajas.
En una relación de «casi algo» nunca se pasa la etapa del enamoramiento y se vive en un constante desbordamiento de serotonina (neurotransmisor relacionado con el control de las emociones y el estado de ánimo) y de dopamina (neurotransmisor involucrado en la toma de decisiones, la memoria, las sensaciones placenteras, el sueño, la atención y la actividad motora).
«Con los “casi algo” cuando se termina duele más que una relación porque se extiende el periodo de idealización y de enamoramiento. ¿Y en qué se caracteriza el enamoramiento? En la idealización, el ver al otro como perfecto porque todavía no he conocido la otra parte de sí mismo, por ejemplo, sus malos hábitos, sus cosas negativas. Lo que significa es que los “casi algo” son una relación sin falta de compromiso», sostiene la psicóloga.
CÓMO SUPERAR ALGO QUE NUNCA FUE
Tener un vínculo con alguien sin que se formalice una relación siempre terminará en un duelo a superar porque, aunque la relación no se concretó, sí hubo enamoramiento, una ilusión y se piensa mucha en «lo que pudo ser». Ante ello, la psicóloga sugiere seguir estas recomendaciones:
Hablar de las emociones. Reconocer el hecho de que sí se estuvo en una relación que ya finalizó y que se debe superar.
Buscar apoyo. La familia y amigos siempre son una fuente donde se puede buscar ayuda para hablar. Si se cree necesario se puede buscar ayuda de un psicólogo.
Tomar conciencia de la idealización. Comprender que todo lo que se imaginó sobre el vínculo que se tuvo no necesariamente iba a ser como se creía, ya que al no haber pasado de la etapa inicial no se conoció realmente a la otra persona.
CONTACTO: Cindy Durán es psicóloga clínica y catedrática universitaria. Brinda atención de manera presencial y en línea. Puede contactarla en su Instagram como psicoduran_ o al número 7613-0030.