Un estricto toque de queda en Virginia mantiene vigilante a la propietaria salvadoreña de un supermercado y un restaurante en Woodbridge, en el condado de Prince William, para guardar las medidas de bioseguridad y dar el mejor servicio al proteger a sus siete empleadas de la misma nacionalidad y a sus clientes.
El gobernador de Virginia, Ralph Northam, decretó que desde el 14 de diciembre las restricciones se mantendrán desde medianoche hasta las 5 de la mañana; así como evitar las reuniones sociales de más de 10 personas y usar permanente la mascarilla.
Las medidas se endurecieron por el recrudecimiento de la segunda ola de la COVID-19 en uno de los países más afectados por la enfermedad. Diferentes estados reforzaron sus normas para evitar una tercera ola con la aplicación de dosis de las vacunas contra el coronavirus: Pfizer-BioNTech y Moderna.
Tanto el restaurante como el supermercado se encuentran en un solo establecimiento, por lo que Doris Domínguez, de 76 años, extendió una carta a sus siete empleadas salvadoreñas y dos hondureñas para no tener inconvenientes a la hora de salir del trabajo.
LEA TAMBIÉN: Salvadoreña emprende agencia de viajes en Italia
Aunque la pandemia no afectó económicamente sus negocios –por ser clasificados esenciales y poner comida para llevar–, hubo un cambio de protocolo, aseguró Domínguez.
En el local, los visitantes encuentran comida típica salvadoreña como pupusas, yuca frita, canoas y enchiladas.
Al iniciar y culminar cada jornada laboral desinfectan cada área, implementan el uso de la mascarilla y los guantes, y purifican las barreras transparentes entre comprador y suministrados para evitar el contacto físico.
Además de los esfuerzos por impedir el aumento de los contagios durante la primera ola en Estados Unidos, la empresaria donó comida a cerca de 30 familias afectadas. Algunas quedaron desempleadas.
También colabora en una organización no gubernamental y en la iglesia en la que se congrega. En el marco del Día del Salvadoreño en el Exterior –cada 26 de noviembre– se reconoce el aporte a la comunidad, y Domínguez se convirtió en una de las 14 connacionales impulsoras de la economía local reconocida por las autoridades de Woodbridge y la Cámara de Comercio Salvadoreña Americana.
«Agradecemos el interés en el pequeño empresario en el extranjero. Mi lema es darle trabajo a la mujer salvadoreña porque somos emprendedoras. La mano de obra de nosotros [salvadoreños] nos abre caminos en cualquier país»,
Empresaria salvadoreña
Antes de unir el supermercado y el restaurante, los tenía por individual con el nombre de El Rinconcito Latino en Virginia y la Despensa Latina; pero luego lo cambió a Súper Selectos. La empresaria laboraba en El Salvador en el mercado de abastecimientos La Tiendona, en San Salvador, pero en 1984 se refugió en Estados Unidos debido al secuestro de sus dos hermanos. Al llegar a EE. UU., trabajó en áreas de limpieza, después con sus conocimientos de empresaria se abrió camino hasta tener sus propios negocios.
«Me siento orgullosa de ser salvadoreña con una visión empresarial, abriéndome campo lejos de mi tierra querida», reiteró. Domínguez también se desempeñó como asistente de administración en la organización Hispanos Unidos de Virginia.
Limitante
Las autoridades restringieron las reuniones sociales a no más de 10 personas e impusieron el uso permanente de la mascarilla para evitar los contagios de la COVID-19. Estados Unidos ha sido uno de los países más afectados por la enfermedad, y ahora enfrenta una segunda ola. El personal de salud está siendo vacunado.
LEA TAMBIÉN: Salvadoreños con TPS conservarán sus negocios gracias a la extensión de permisos