Rojas para el amor, blancas como señal de admiración o amarillas como muestra de amistad, las flores son un elemento simbólico presente en la mayoría de las culturas, pero que también constituyen una industria comercial de la que El Salvador forma parte.
Principalmente buscadas para conmemorar fechas especiales, la importación de flores en el país mantuvo un crecimiento sostenido desde 2015 cuando El Salvador compró casi $2.1 millones, pero para 2019 la importación creció los $5.2 millones, según datos del Banco Central de Reserva (BCR).
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Sin embargo, la pandemia del 2020 también impactó en este sector desde la siembra, importación, exportación, distribución y comercialización, así lo cuenta Gladys de Flores, propietaria de Flores de Guatemala, empresa pionera del rubro que fue fundada en 1990 en San Salvador.
«Por la pandemia hemos sufrido mucho porque tuvimos que cerrar, pagar medios sueldos en El Salvador y Guatemala y toda la producción de Guatemala se perdió, estamos hablando de unos 2 millones de quetzales (unos $260,000)», contó la empresaria e indicó la situación casi le obliga a cerrar su finca en Guatemala.
Sin ganas de marchitarse, Gladys de Flores dice que tiene fe en que el negocio va a levantarse, cuenta que sortea además una escasez de flor derivada de que algunos productores perdieron sus cosechas el año pasado y han tenido problemas de financiamiento, pero afirma que tiene pedidos y expectativas para este 14 de febrero.
«Los tres días antes de San Valentín digo yo que vamos a vender, además hemos innovado porque a mí me gusta ofrecer productos elegantes, finos y de primera calidad» dijo la dueña del negocio de flores con más historia en el país.
A las pérdidas de la siembra que se preparaba para las festividades de Semana Santa y el Día de la Madre, la empresa suma otros $100,000 en flores que se perdieron en sus cuartos fríos en El Salvador al principio de la pandemia.
Esta actividad se vio golpeada también por el cierre de las fronteras, dado que no se considera un comercio de subsistencia, así que fue paralizada debido a la contingencia de la pandemia COVID-19.
Según datos del BCR, tal suspensión se vio reflejada en una caída de alrededor del 50 % en cuanto a la importación de flores en el 2020 con solo $2.6 millones, contra los $5.2 del 2019 que ya se ha mencionado.
«Yo creo que la gente compra flores porque les alegra la vida, para todo motivo, con las flores siempre se queda bien»
Gladys de Flores, propietaria de Flores de Guatemala.