En el marco del Día Mundial de la Salud Sexual y Reproductiva, profesionales de la salud hacen el llamado a educar sobre este tema desde la niñez y la adolescencia, ya que conlleva al bienestar integral humano en todas las etapas de su vida.
La salud sexual y reproductiva se define como el estado completo de bienestar físico, mental y social de la población, incluyendo la capacidad de disfrutar de una vida sexual satisfactoria y sin riesgos.
Asimismo, contempla la posibilidad de procrear con la libertad, cuándo y con qué frecuencia y no solo la ausencia de enfermedades relacionadas con el sistema reproductivo y sus funciones. También trata de la decisión de no procrear.
Más allá de lo que se cree
El Dr. Mario Ernesto Soriano, especialista en salud de adolescentes, máster en salud sexual y reproductiva, comenta que más allá de la definición es importante reconocer que la salud sexual y reproductiva son todas aquellas condiciones que el humano necesita para su bienestar; para desarrollarse como persona.
«Cuando nacemos estamos teniendo salud sexual y reproductiva, por ejemplo, a través de la lactancia materna y del apego que tiene mamá con su hijo en el momento del posparto. En los cuidados de la misma mujer del período del puerperio, en las indicaciones que se le dan para la recuperación biológica y funcional de esta mujer y, por supuesto, en el curso de vida de niños y adolescentes, jóvenes, adultos, hasta llegar a adultos mayores», refiere.
De acuerdo con el especialista es muy importante que los padres brinden información específica a los hijos sobre cómo cuidar sus cuerpos y mentes «más allá de lo que tradicionalmente se piensa que es la sexualidad, que está asociada a las relaciones sexo coitales», dijo.
De acuerdo con el más reciente estudio de la Unidad de Atención Integral en Salud de Adolescentes del Ministerio de Salud, de 2020, muestra que la buena información que los padres dan a sus hijos, sumada a las campañas mediáticas institucionales, se ha logrado que el embarazo en adolescentes disminuya.
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Las cifras señalan que en cinco años, del 2015 al 2020, el embarazo en adolescentes pasó del 30.3 % al 22.3 %. Además, se ha logrado que el primer parto sea después de cumplir 18 años.
El especialista comenta que la salud sexual se convierte en un problema de salud pública cuando no se toman en cuenta sus cuatro factores fundamentales como el afecto, la reproducción, la identidad de género y el placer.
«Si ya es una pareja que vive en una relación sexo coital y no se protegen, entonces, podremos tener como resultados embarazos adolescentes, infecciones de transmisión sexual o, en el peor de los casos, disfunciones sexuales que han sido marcadas por el inicio temprano de las relaciones sexuales, sin tener un conocimiento apropiado de lo que esto implica».
Fases de bienestar
Soriano insiste en que una buena sexualidad a nivel físico implica fases de satisfacción personal y en pareja. Explica que estas van desde el deseo y la excitación, hasta el orgasmo y la resolución.
No obstante, cuando la intimidad comienza de forma precoz se interrumpen algunas de esos estadios y, al final, no solo significa frustración en la persona o la pareja si no que pueden procrearse sin haberlo planeado.
En el caso de la lactancia materna, explica que el tema cobra interés para la salud pública cuando repercute en el bienestar nutricional y emocional del bebé.
«Si como mamá o familia no se promuevo la lactancia materna, probablemente pongo en mayor riesgo a un niño a tener desnutrición. A un niño que tiene menos efectividad en su sistema de defensa, porque no la está obteniendo de la lactancia materna sino de una leche externa», dijo.
También, si una madre no amamanta a su hijo teniendo la capacidad física para hacerlo, ella se ve en riesgo de tener infecciones de mama porque la leche, al concentrarse, es un medio ideal para bacterias.
Fomentar la adecuada higiene desde la infancia igualmente es importante para la salud sexual, añadió.
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«Si a un niño no le enseño la limpieza de sus genitales cuando está en la etapa escolar y preescolar tendré como resultado un aumento de infecciones de vías urinarias. Que, para el caso de El Salvador, son las primeras causas de consulta», alertó el especialista.
En resumen, las bases para que toda persona se desarrolle de forma íntegra, a nivel mental y física, comienza en casa. Y todo comienza cuando dos adultos desean traer al mundo una nueva vida, es decir, asumen la total responsabilidad que esto implica.
LA SEXUALIDAD CONTEMPLA CUATRO ASPECTOS ESPECÍFICOS DE LA PERSONA
1. El afecto.
En la niñez el afecto se demuestra con la lactancia materna, con la alimentación, con los abrazos, las palabras de cariño. Posteriormente, en la etapa preescolar y escolar, cuando se acompaña a los hijos en sus tareas, actividades; enseñándoles también cómo aportar a las responsabilidades del hogar, enseñándoles cómo tener una buena higiene corporal que incluye higiene genital.
2. Reproducción
Tiene que ver con aquella decisión de las personas, de la pareja, de tener hijos o no y para quienes toman la decisión de tenerlos, por supuesto, cuántos van a tener, cada cuánto, qué van a hacer para prevenir tener más hijos de los que están planteados. Esta es una segunda fase en la sexualidad humana.
3. Identidad de género
La tercera tiene que ver con cómo nos sentimos siendo hombres y mujeres, que es la parte del género e identidad que tenemos; qué queremos de nosotros mismos. Si soy ahora estudiante cómo me veo en la universidad, qué quiero estudiar; si soy universitario, cómo me veo en cinco años y en qué quiero trabajar. Todo esto es parte de nuestra sexualidad porque tiene que ver la manera en cómo pensamos, nos sentimos, actuamos y nos interrelacionamos.
4. Placer
Es toda acción que tiene relación con nuestros cinco sentidos y que genera una reacción en nuestro cuerpo y el placer. Cuando toco alguna textura bonita me genera placer, ya que se genera una serie de interacciones neuronales, secreciones neuronales que me dan la sensación de satisfacción. El olfato, cuando percibo olores que gustan. La vista, lo que veo como figuras y colores que me agradan. El gusto, cuando pruebo algo y me agrada.