El 11 Deportivo pasó del gustazo al trancazo, y su hinchada terminó con el paladar amargo. Los tanques fronterizos pegaron primero, pero se fiaron y Alianza, con Fito Zelaya en plan de goleador se trajo la victoria 1-2. Eso sí, queda todavía un round para saber quién se queda con el boleto a las semifinales del Apertura 2020.
La imagen que quedó guardada en la retina de la hinchada se remonta al primer cuarto de hora y tuvo al mismo protagonista: Henry Romero. El zaguero blanco metió literalmente la pata y su «yerro» acabó en gol. Su reacción al ver a David Rugamas celebrar fue llevarse la mano a la cabeza. Se corría para entonces el minuto siete y Alianza ya estaba abajo 1-0.
Empero, el fútbol da revancha y Romero la encontró apenas cinco minutos más tarde. El central albo se incorporó a un tiro de esquina, se anticipó a la zaga y definió de cabeza para colocar el 1-1. El tanto apagó la celebración de los ahuachapanecos mientras Romero juntaba las manos en señal de disculpas con sus compañeros y cuerpo técnico.
Y es que, si la hinchada no guardó las medidas de bioseguridad en los graderíos del «Arturo Simeón Magaña» (ver nota aparte), 11 Deportivo y Alianza tampoco tenían porque guardarse respeto, y la señal no solo fueron los tres goles con que se cerró el primer acto, sino también se refleja en el número de jugadores que terminaron pintados de amarillo.
De entrada, los pupilos de Milton «Tigana» Meléndez se vieron sorprendidos por un cuadro local que entró a la cancha en plan de «fajador». Impuso presión alta y producto de ello vino el fallo de Romero que terminó en gol.
Hasta ahí todo era fiesta local, pero conforme pasó el tiempo y Alianza llegó al empate. La temperatura invadió al aficionado fronterizo que se desquició con el trabajo arbitral y pasó a protestar, con o sin razón, cualquier jugada en contra.
Pasada la media hora, al 31´, Fito Zelaya, que recibió un manto de silbidos cuando sonó su nombre por los altavoces, los vacunó con el 1-2, luego de un mano a mano con el meta Yonatan Guardado que supo ganar con un certero globito.
A partir de ese momento, la calentura local se volvió fiebre: una «fiebre amarilla» a la que buscaron calmante en los 45 minutos restantes y que les llevó al borde del «shock» conforme el reloj avanzó y no encontraban cura.
Al 52”, por ejemplo, desaprobaron y lamentaron por todo lo alto el fallo de Rugamas que desperdició un nuevo mano a mano frente a Mario González y que pudo significar el 2-2, y más tarde tras un segundo fallo, no pidieron sino exigieron el cambio de su máximo artillero.
Fue ese el lapso más apremiante para los capitalinos porque si bien estaban arriba en el marcador, el 11 Deportivo, con Elvis Alvarado, era un constante peligro por el corredor derecho y los lamentos se sucedían uno tras otro en las gradas.
En el tramo final, el asedio local, motivó los movimientos en el banquillo elefante. Dejó la cancha Fito, se movió Brayan Tamacas a labor de volante extremo y se colocó un tercer jugador de marca para aguantar el empuje del tanque.
La serie de cuartos de final entre 11 Municipal y Alianza está lejos de darse por finiquitada. El de hoy fue solo el primer asalto de una rivalidad joven que pinta interesante de cara al futuro.
Hasta antes de este miércoles, tanques fronterizos y paquidermos se habían medido en tres ocasiones y las estadísticas reflejaban dos victorias de Alianza y un empate. La historia aún está abierta, la fiebre de la derrota la sintieron hasta los mismos jugadores.
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Oswaldo Blanco, fuera del país
El delantero Oswaldo Blanco fue una de las grandes ausencias del Alianza en el partido de ida por cuartos de final ante el 11 Deportivo. Aunque no detalló, el club blanco anunció que el delantero debió salir del país para solventar de urgencia un tema personal. Blanco tampoco jugó el partido anterior ante Sonsonate.