Aunque Alianza había perdido en la ida por 0-1, ante Alajuelense, sus barras organizadas se atrevieron a realizar el viaje terrestre a Costa Rica.
La presencia de simpatizantes albos en el estadio Alejandro Morera Soto, denota que el sentimiento por los colores sigue intacto.
Para muestra de ese amor por los albos se pone en escena el caso de Carlos Cartagena, quien reside en Los Ángeles, California, pero tomó un vuelo el lunes a tnierras ticas, sólo para ir a ver a los paquidermos. Deberá regresar a su casa este miércoles por la mañana.
Cartagena se pone nostálgico con su camisa, que es la que los albos usaron a finales de la década de los noventa. Le da un beso a la A que lleva en su pecho.
«Hice una escala en Guatemala y llegué a ver a mi equipo, este lunes. Debo estar de regreso en las labores este jueves, pero me iré emocionado, porque mi equipo va a lograr la clasificación. Desde que me dieron la oportunidad de ir al estadio, vengo siguiendo a Alianza. Esta camisa es la que Alianza usó en 1998», dijo Cartagena mientras se guarda su boleto para protegerlo de la incesante lluvia que cayó este martes en Alajuela.
Carlos y tres personas que lo acompañaron, llegaron temprano al estadio, así fueron con comodidad a la compra de los boletos.
Luego entraron en escena las barras organizadas de los albos. Hicieron su acostumbrada previa con cánticos y el tamboreo que ameritaba el caso.
En la hinchada de los paquidermos aún había reservas considerables de aliento, pese a las 27 horas de viaje terrestre desde San Salvador. A eso hay que sumar los retrasos en las aduanas, sobre todo en la de Nicaragua, pero al final llegaron a tiempo a Costa Rica. Todo ese sacrificio es dedicado a su equipo.