La complicada competencia entre el presidente Donald Trump y el exvicepresidente Joe Biden se ha reducido a un puñado de estados clave. Mientras, el republicano solicitó ayer detener el conteo de votos en cuatro estados, con lo que la contienda podría llegar hasta la Corte Suprema de Justicia. Desde ayer por la mañana, cuando los resultados aún no eran muy claros, Trump dijo estar listo para pedir al máximo tribunal que resuelva las disputas sobre el recuento de los votos.
Su equipo de campaña solicitó volver a echar cuentas en Wisconsin, donde, según la prensa, ganó Biden, e impugnó las votaciones en Míchigan y Pensilvania, tres estados claves para las aspiraciones de ambos candidatos. La determinación de Trump de cuestionar los resultados reavivó la hipótesis de que, como en 2000, la justicia decida cómo los estados pueden escrutar los sufragios o hacer recuentos.
Ayer, Arizona, Míchigan y Wisconsin abonaron a la cantidad de votos del Colegio Electoral que mantienen a Biden a la delantera, con 264 grandes electores por sobre los 214 de Trump. Faltan por contar Nevada (seis votos electorales), Alaska (tres votos electorales), Georgia (16 votos electorales), Carolina del Norte (15 votos electorales) y la decisiva Pensilvania, con sus jugosos 20 votos electorales. Pero hoy Nevada podría ser suficiente para dar la victoria a Biden, al hacerlo llegar a los 270 votos del Colegio Electoral que se necesitan para erigirse en una elección presidencial. Ayer la Prensa Asociada dio por ganador a Biden en Arizona, aunque muchas cadenas no se aventuraron.
Para responder al flujo de mi-llones de votos emitidos por correo, los congresos estatales y las autoridades electorales extendieron el plazo de recepción de sufragios debido a la sobrecarga del servicio postal, prolongaron el tiempo de conteo de esos votos y dieron otros pasos para facilitar el proceso.
Los republicanos alegan que algunos de esos cambios se aplicaron indebidamente y para favorecer a los demócratas. En Pensilvania, la campaña de Trump anunció que se iba a sumar a una demanda presentada por los republicanos antes de las elecciones sobre la extensión del plazo para recibir el voto postal en ese estado. Si ganan esa batalla legal, podrían descalificarse decenas de miles de votos entregados a las autoridades electorales después del martes.
En Míchigan, la campaña del presidente también pidió parar el recuento porque, según afirmó, no se le había dado un «acceso significativo» al proceso.
Sin declararse vencedor, Biden dijo ayer que confiaba en ganar la presidencia. «Nosotros, el pueblo, no seremos silenciados», prometió Biden.
Trump dejó en claro que no aceptará la derrota sin cuestionarla. «Ganamos esta elección», dijo en un discurso televisado en directo desde la Casa Blanca ayer por la madrugada, cuando alegó que había habido un «fraude» contra el pueblo estadounidense.
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Prematuro anuncio republicano
Ayer en las primeras horas, y con el escrutinio aún en marcha, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró en la Casa Blanca que había ganado la reelección.
Horas antes publicó un tuit en el que afirmaba: «Estamos muy por delante, pero ellos tratan de robar la elección. No dejaremos que lo hagan. ¡No pueden emitirse votos luego de que cerraron las urnas».